Archivan el caso contra un anciano acusado del homicidio de una residente del geriátrico de Portillo

El auto, del 19 de mayo pasado pero conocido ayer, señala que al acusado nunca se le tomó declaración porque, según los forenses, era imposible que lo hiciera con garantías «porque no podría percibir el sentido del interrogatorio ni responder al mismo» por sus patologías, que son «persistentes, severas e irreversibles». La magistrada fundamenta su decisión en que, según el Tribunal Supremo, es inconstitucional enjuiciar a una persona que nunca ha conocido el contenido de la acusación y no sabe qué hechos se le atribuyen, «además de que se lesiona su derecho a defenderse y su derecho inalienable a conocer el alcance de la acusación para que se celebre un juicio en igualdad de armas».

En la resolución se considera que las actuaciones nunca debieron llegar tan lejos en el procedimiento, dada la enfermedad mental del acusado. «Todo parte del vicio inicial de haber continuado la tramitación de los autos sin tener en consideración la indefensión que genera la imposibilidad de oirlo en declaración», explica el auto.

A instancias de la familia, el juzgado abrió diligencias por la muerte de la anciana, M. G. F., de 80 años, interna en la residencia, después de que otro residente, presuntamente, la empujara por las escaleras. Los hechos se produjeron el pasado 11 de junio de 2020. Al parecer, el varón empujó a la víctima, que precisaba de una silla de ruedas, por las escaleras de la residencia. La anciana tuvo que ser trasladada al Hospital Clínico de la capital, donde falleció dos días después como consecuencia de la gravedad de las heridas sufridas en la caída. El presunto autor del hecho también resultó contusionado y tuvo que ser atendido en el centro, aunque no hospitalizado.