La Antigua recupera un edificio del XIX para cinco pisos que llevaba abandonado tres lustros

Las máquinas han entrado ya al solar, que mantiene en pie la fachada protegida, sujeta ahora con un gran apeo. La arquitecta Marta Rodríguez Martín, responsable del proyecto de reforma, avanza que la finca, la única que continuaba deshabitada en esta calle junto a uno de los monumentos más bellos de la ciudad, acogerá cinco viviendas entre los 80 y los 160 metros cuadrados útiles, además de diez plazas de garaje. También se habilitará un local en la planta de calle.

Los operarios demolieron el interior de la estructura en junio y ahora se están excavando los dos sótanos del estacionamiento a los que se accederá en un ascensor montacoches y que contará con puntos de recarga para vehículos eléctricos.

La fachada histórica de ladrillo visto se restaurará por completo y se mantendrán todos los elementos que la adornan, como las molduras, el zócalo de piedra y la cerrajería de balcones y miradores. El cierre del bloque que da al patio interior será, sin embargo, de nueva factura, con piezas de granito que se colocarán haciendo un juego geométrico, según explica la arquitecta.

Su ubicación en un enclave tan singular, así como las calidades que se anuncian para la edificación sitúan los precios entre los 500.000 y los 900.000 euros. Este último importe correspondería a la vivienda más amplia: un dúplex situado en la parte superior del inmueble.

La obra será compleja por la presencia de agua en el subsuelo, la estrechez del solar y su situación en una zona de acceso complicado en el corazón de la ciudad. Rodríguez Martín destaca que el proyecto incluye todas las instalaciones para lograr una óptima eficiencia energética, así un sistema de aislamiento acústico de altas prestaciones en una zona muy concurrida, especialmente los fines de semana.

La rehabilitación de este inmueble se suma a la que se está acometiendo ya en el edificio en el que se ubicaba el Bar el Penicilino (plaza de la Libertad) y a la autorizada en el imponente inmueble de Bajada de la Libertad con vuelta a la calle Echegaray, en la diagonal del Teatro Calderón y que durante setenta años acogió en la planta baja el comedor social. En el entorno, está pendiente también la recuperación de los números 4 y 6 de la calle San Martín, desalojados en 2007 por estado ruinoso y para los que ya hay proyecto de restauración.