Amenaza con una pistola a un trabajador al que recriminó el precio de la entrada a la piscina
El detenido, que portaba un arma simulada, encañonó al operario y sembró el pánico entre los usuarios del recinto de La Victoria
Los hechos ocurrieron en la tarde del viernes en la piscina cubierta de La Victoria y, aunque no hubo que lamentar heridos, sí hubo «momentos de pánico» entre los usuarios que presenciaron la escena. El susto principal, como es lógico, se lo llevó el trabajador de la taquilla, al que un individuo llegó a encañonar con una pistola después de recriminarle unos minutos antes que la entrada era «muy cara». El sospechoso fue detenido poco después por policías nacionales gracias, en buena medida, a la sangre fría del operario, que llegó a llamar a los servicios de emergencia y que dejó el móvil abierto durante el encontronazo. El arma, según comprobarían después los agentes, era simulada.
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El sorprendente episodio ocurrió en las instalaciones de la calle Fuente El Sol, de titularidad municipal y que cuentan con dos piscinas cubiertas y un solárium de césped exterior, junto a los campos de fútbol Luis Minguela. Allí se presentó inicialmente un usuario, que pidió la correspondiente entrada (4,40 euros en el caso de la individual) y que enseguida recriminó al trabajador de la taquilla que le parecía «muy cara». Así que se fue. Unos minutos después, el mismo usuario saltó la valla y logró acceder a las instalaciones hasta llegar a la taquilla, donde llegó a encañonar con una pistola al operario mientras profería todo tipo de amenazas. Y todo ello ante un grupo de usuarios de la piscina, algunos de los cuales llegaron a refugiarse en los vestuarios. Nadie sabía en ese momento si el arma era o no real.
El trabajador, que salió ileso, llamó a emergencias y dejó la línea abierta mientras le amenazaba
El caso es que el empleado logró marcar el número de emergencias con su móvil y dejar la línea abierta para que los operarios pudieran seguir en directo lo ocurrido. Él mismo, con la ayuda de un compañero, acabaron enfrentándose y reduciendo al joven, de tan solo 18 años, que esgrimía el arma, hasta que lograron que la soltara. Al lugar acudió instantes después una primera patrulla de la Policía Nacional, cuyos agentes detuvieron al sospechoso. Después comprobarían que el arma era simulada. Tanto es así que la pistola, de plástico, se rompió al caer al suelo.
«El trabajador está bien, actuó con diligencia y, por fortuna, todo se quedó en un buen susto», ha apuntado este lunes el concejal de Deportes, Alberto Bustos, antes de explicar que solo las piscinas de verano cuenta con un servicio de vigilancia con el objetivo de «controlar las posibles aglomeraciones» y de aclarar que el caso de «las piscinas cubiertas es mucho menor la afluencia». El edil, en este sentido, señala que lo ocurrido fue «algo muy excepcional que esperamos que no se vuelva a repetir».
El detenido, al parecer, ya había protagonizado otros incidentes con anterioridad, según han confirmado fuentes policiales.
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