Valladolid
La agente que auxilió a un motorista que se amputó un brazo: «Solo pensaba en salvar su vida»Laura Barriga, destinada en Rioseco, utilizó el ceñidor de su uniforme para contener la hemorragia en la extremidad del hombre, seccionada a la altura del codo
Laura Barriga Montejo se enfunda cada día el uniforme con «orgullo». Ser guardia civil le encanta. Pertenecer a un cuerpo tan «cercano» a la ciudadanía, ... a pie de calle, cara a cara con los problemas del medio rural, le apasiona. Y aunque admite que «por circunstancias de la vida» accedió «bastante tarde» al instituto armado -lleva cuatro años-, siempre tuvo claro que lo suyo era ayudar y darse a los demás. Algo que demostró, y vaya si lo hizo, el pasado 9 de junio.
A esta agente, de 41 años y destinada en Medina de Rioseco desde 2023, no se le olvidará «jamás» ese regreso a Valladolid, donde reside, tras completar la jornada laboral en Tierra de Campos. Era lunes. 12:45 horas. Estaba a punto de llegar a la ciudad para recoger a su bebé, pero cuando circulaba con su vehículo por el kilómetro 121,706 de la A-62 vio a dos coches parados en el carril izquierdo. Lo primero que se le pasó por la cabeza es que dos vehículos habían colisionado, pero en el momento en que vio el rostro desencajado de una mujer, visiblemente «preocupada» y que estaba pidiendo insistentemente ayuda, sabía que «algo grave pasaba».
No lo dudó. Estacionó su turismo y se encontró con un hombre tendido en el suelo en posición decúbito supino que estaba consciente, aunque gravemente herido. Tenía el brazo izquierdo amputado a la altura del codo como consecuencia del brutal accidente que había sufrido a bordo de su moto. «Solo pensaba en salvar la vida del hombre, pero también la de todos los que pasábamos por allí a esa hora. En plena autovía, al mediodía, con el paso de camiones, coches... Mi preocupación era salvar al hombre y también que no tuviéramos más accidentes», explica.
«La primera persona que le asistió ya estaba llamando al 112, pero al ver la gravedad cogí el teléfono y me puse a hablar con emergencias para que enviaran directamente una ambulancia medicalizada; también llamé a la central COS para agilizar, por si acaso ellos tenían que movilizar a Tráfico, para que fuera más rápido», recuerda esta agente, al tiempo que tilda de «suerte» el hecho de que una enfermera que pasaba por la zona se detuviera a ayudar.
Precisamente, entre ambas, al no disponer de un torniquete, pusieron en común sus conocimientos y experiencia adquirida para contener la hemorragia -el hombre, un británico de 62 años, estuvo consciente en todo momento- hasta la llegada del equipo sanitario. La guardia civil tiró de ingenio y recurrió al ceñidor de su uniforme para ejercer la máxima presión posible sobre el brazo. Entre ambas profesionales lograron estabilizar al motorista hasta la llegada de la ambulancia. «Ella se quedó acompañando a esta persona y yo me fui a regular el tráfico para desviar a todos los camiones y coches al carril derecho, porque estábamos en pleno carril izquierdo de una autovía», rememora Laura Barriga, que lejos de centralizar el protagonismo, resalta continuamente el papel que desempeñó la sanitaria que intervino con ella.
La guardia civil se puso a regular el tráfico en la zona para desviar a los vehículos hacia el carril derecho
Minutos más tarde llegaron refuerzos y el personal médico, que atendió y evacuó al motorista herido. Se muestra orgullosa de la intervención, pero asegura que nunca se había enfrentado a una situación similar. Ni antes de ser guardia civil, ni después.
Importancia de la formación
«Nada igual», dice. Agradece, del mismo modo, la formación específica recibida en el cuerpo, que le permitió salvar al hombre. «Confío en que alguien más parase y consiguiese ayudar, pero es cierto que es importante tener conocimientos de auxilio para cualquier circunstancia de la vida, no se sabe qué puede ocurrir», sentencia.
Ahora, Laura Barriga Montejo podrá contar a su bebé, cuando sea mayor, que su madre, con la vital ayuda de una enfermera, salvó a un motorista gravemente herido cuando precisamente iba a buscarle.
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