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Víctor Vela
Domingo, 28 de mayo 2017, 09:50
Como un «tremendo error» y una «infraccióngrave» de su código ético califica la Comisión de Garantías Democráticas de Podemos Castilla y León el comportamiento del secretario general del partido en Valladolid, Daniel García, quien acaba de ser sancionado con la «suspensión de militancia durante un periodo de cuatro meses e inhabilitación para el desempeño de cargos en el seno del partido o en representación de este durante diez meses».
El expediente (con número 85.287 y fechado en Salamanca el 20 de mayo) notifica una resolución que no es firme, que se aprueba con dos votos a favor y uno en contra, y que se puede apelar ante la Comisión de Garantías Estatal. De hecho, García anunció que presentará el recurso y se reafirmó «punto por punto» en sus actos: «Son el modo de defender a Podemos».
¿Qué ha pasado para llegar hasta esta sanción, que pone en evidencia las trifulcas internas dentro de Podemos y con Sí Se Puede, la marca que concurrió a las elecciones municipales? De acuerdo con el escrito de la Comisión de Garantías, el 24 de febrero de 2017 se procedió a la apertura de un expediente sancionador a raíz de varios hechos, como que «se denegara el uso de la sede de Podemos en Valladolid a la comisión de proyectos del círculo municipal, alegando que este espacio era sede del Consejo Ciudadano y que ese círculo ya disponía de su morada». Además, se acusa a Daniel García de «perjuicio para la imagen de Podemos en Valladolid y su representación en el Ayuntamiento» por difundir en medios de comunicación «las diferencias de criterio entre el consejo ciudadano municipal y Sí Se Puede, saltándose los cauces naturales de régimen interno».
La raíz habría que buscarla el 26 de septiembre de 2015, cuando se convocó a la Asamblea Ciudadana de Valladolid a una votación en la que se preguntaba si debía Podemos desvincularse del grupo municipal y provincial Sí Se Puede. Por la mínima, con el 51,55% de los votos (frente al 45,88%y el 2,57%de abstenciones), la asamblea decidió mantener esta vinculación. Por eso, recuerda la Comisión de Garantías, «el consejo ciudadano municipal y, por ende, el secretario general como máximo responsable, deben respetar esa decisión sea como fuere». Y entiende que esto no se ha cumplido cuando Daniel García (pone como pruebas entrevistas de prensa y comunicados de Podemos)«reniega» de Sí Se Puede, al decir que «ni representa a Podemos ni a sus inscritos en Valladolid». La resolución consigna además queGarcía ha acusado públicamente «a Charo Chávez y a su equipo (Sí Se Puede) de falta de transparencia, de aceptar privilegios derivados de su cargoy de llevar al pleno ocurrencias de todo tipo».
García se reafirmó ayer en estas declaraciones. «La asamblea votó para que Sí Se Puede siguiera vinculada a Podemos... pero esa vinculación requiere unos criterios que Sí Se Puede no cumple, como la rendición de cuentas, la transparencia o la votación de las decisiones. Sí Se Puede no ha convocado ni una asamblea para decidir el contenido de las mociones que presenta a los plenos», aseguró García, quien defiende que estas críticas «en ningún caso son contra Podemos, sino respecto al comportamiento autónomo de Sí Se Puede, al margen de las decisiones de los inscritos en Podemos».
La Comisión entiende que «si el secretario general de Podemos Valladolid tuviese algún problema con los concejales de Sí Se Puede y alguna denuncia que hacer, el cauce propio sería acudir a la Comisión de Garantías y no a los medios de comunicación». Así, el órgano entiende que Daniel García ha quebrado el punto VIdel Código Ético de Podemos, que reclama «debatir con honestidad todas las opiniones y respetar a todas las personas con independencia de cuáles sean sus pareceres, fomentando el diálogo y la búsqueda de consenso».
También argumenta que se ha cometido una «infracción grave del artículo 5 del anexo de régimen disciplinario» por «realizar declaraciones públicas en nombre de Podemos que comprometen a la organización». Yse le acusa de «desoír los acuerdos y directrices adoptados por la asamblea ciudadana» que en su votación de septiembre decidió que Sí Se Puede seguiría siendo la representación de Podemos en el Ayuntamiento. «Los únicos que tienen poder para decidir si esto tiene que dejar de ser así son, de nuevo, los inscritos, no la dirección política de Podemos de Valladolid, que ha de ajustarse al mandato de los inscritos, aunque no le guste», concluye el escrito de la Comisión de Garantías Democráticas, con los votos a favor de Miguel Beltrán y Ángel Calvo, y la postura contraria de Jesús Gozález, quien considera que «la deliberación e instrucción están viciadas», por lo que no presentó siquiera voto particular.
La portavoz de Sí Se Puede en el Ayuntamiento, Charo Chávez, censuró el «boicoteo» al que sectores de Podemos someten la labor de Sí Se Puede, cuya gestión defendió porque «cumple a rajatabla el contrato suscrito con los votantes a través del programa electoral». Chávez apuntó que los cargos de Sí Se Puede cumplen con sus donaciones a Podemos y que participan «activamente» en el Círculo de Valladolid. «Nuestras nóminas están publicadas en la web del Ayuntamiento, informamos de todas las decisiones y nunca nos han expedientado por desobediencia».
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