Las obras dejan sin clientes a los negocios del polígono de Argales

«Aquí nadie nos ha informado de nada, nadie ha colocado indicadores para avisar de que se puede entrar a nuestros negocios y lo que han conseguido ha sido aislarnos por completo y provocarnos pérdidas que en muchos casos, como el mío, rondan el cincuenta por ciento», resume la hostelera Rosario Piñero, propietaria del restaurante Piñero Argales, uno de los 28 negocios, en su mayoría de atención directa al público (talleres, tiendas, concesionarios...), que se encuentran en la calle Daniel del Olmo, la arteria principal del polígono de Argales, afectada de lleno por las obras que desde hace dos semanas, y hasta el próximo 30 de junio, mantienen cortados por complejo los dos carriles hacia el paseo del Arco de Ladrillo del lado de los números pares y uno al inicio en sentido a Zorrilla.

El aislamiento de la principal vía comercial del área industrial y la consiguiente pérdida de clientes para sus empresas ha llevado a sus propietarios a elaborar un escrito que tienen previsto presentar esta misma semana en el Ayuntamiento para reclamar «agilidad en los trabajos y una mejor señalización de los accesos y desvíos», en especial, a los negocios situados en el lado de los pares, en el que solo permanecen abiertos los cruces de Daniel del Olmo con la calle Fernández Ladreda, la avenida de El Norte de Castilla y la calle Vázquez de Menchaca.

«Los coches, en teoría, pueden entrar a nuestros negocios pasando por la mediana, si es que no hay vehículos aparcados, o en sentido contrario por los tramos cortados; pero nadie se atreve y nosotros mismos hemos tenido que improvisar unos carteles para indicar la entrada», lamenta Roberto Quintana, del taller de neumáticos Megarueda, uno de los muchos que ha colocado una pila de ruedas con un indicador en la mediana. Otros, como en el caso del restaurante Piñero Argales, han puesto unos toneles con flechas para informar a los clientes de que pueden entrar y, de paso, evitar que los coches estacionen impidiendo la entrada. «No es normal que tengan así la calle, cortada por completo y sin señalizar absolutamente nada;y que tengamos que poner nosotros los indicadores», añade Ana García, del taller Argales Autocentro, donde están viendo cómo el aislamiento del polígono está arruinando «la mejor época del año, como es esta, de cara a las vacaciones de verano».

Hasta el 30 de junio

Pocos conductores, es cierto, se adentran estos días en una calle en la que resulta difícil circular a cuenta de los cinco zanjas abiertas por los operarios de Aguas de Valladolid para descubrir una tubería, la segunda de mayor diámetro de la red, en la que tienen que sustituir las juntas y la tornillería debido a su avanzado estado de oxidación. Los operarios, que cuentan con al pertinente autorización para ejecutar los trabajos hasta el 30 de junio, se están encontrando a mayores con numerosas complicaciones en forma de cableado de la red eléctrica o acumulación de agua dentro del conducto. Esto último ocurrió ayer mismo en la mediana de acceso al polígono desde Arco de Ladrillo y obligó a abrir una nueva zanja sobre la calzada y a cortar uno de los dos carriles, en este caso, de entrada a Argales.

«No es normal que trabajen solo por las mañanas, cuando en un polígono podrían, incluso, hacer tres turnos para agilizar la obra sin molestar a nadie», añade Rosalía González, de la zapatería Lazadas, quien incide en que «así es imposible que alguien venga a comprar si no es un cliente habitual y muy fiel».

«Lo único que pedimos es que trabajen de noche si es necesario y que no nos condenen a dos meses de pérdidas», reitera la hostelera Begoña Piñero, autora del escrito de protesta que van a presentar los afectados.