Una nueva sequía del Cega lleva a sus pueblos a exigir la regulación de su cauce

Una ínfima parte de ese caudal que en invierno obliga a vigilar día y noche el río por peligro de desbordamiento. El Cega fluctúa una vez más y, si hace unos meses los municipios que riega pedían que descendiera el nivel para evitar inundaciones, ahora rezan por que el agua aparezca por su cauce y permita, por un lado, regar a los agricultores de la zona y, por otro, mantener el ecosistema tal y como se ha conocido tradicionalmente.

El Cega baja seco. Un hilo de agua casi inapreciable llega hasta Mojados, hasta el lugar donde años atrás vecinos y visitantes se bañaban en sus aguas. «Está seco. Desde mediados de julio ha bajado con muy poca agua, pero ahora no trae nada de nada», se lamenta Adolfo López, alcalde de Mojados.

Junto a él, in situ, comprueban el estado en el que se encuentra el río, su río, los regidores de Viana de Cega, Alberto Collantes, y de La Pedraja de Portillo, Henar González. «No hay peces, no hay patos ni animales de paso. Lo único que hay son bichos e impedir que alguien se pueda acercar a disfrutar del río», protesta la regidora de La Pedraja.

Hace cinco meses, estos tres alcaldes, junto con los de Cogeces de Íscar y Megeces, mostraron su oposición a que la Confederación Hidrográfica del Duero concediera un nuevo aprovechamiento de aguas superficiales desde el río Cega a la comunidad de regantes de El Carracillo, en Segovia, para regar 2.950 hectáreas. Porque, aseguraron, ampliaría en dos meses el periodo por el que esta comunidad puede tomar agua del Cega y reduciría el caudal mínimo a respetar a 610 litros por segundo, cuando entonces estaba en 6.898.

El tiempo, aseguran, les está dando la razón. La estampa no es nueva. Llevan un par de años sufriendo un cauce completamente seco, pero afecta -y mucho- a los agricultores de la zona que toman el agua del Cega para poder regar sus cultivos.

Alternativas para el riego

Esta misma semana, con fecha del pasado 17 de agosto, los ayuntamientos y comunidades de regantes afectadas recibieron una carta de la Confederación Hidrográfica del Duero en la que prohibían tomar caudal directo del río en tramos de ríos o arroyos donde haya ausencia de caudal circulante.

Además, la detracción de caudales en tomas directas de ríos o arroyos no podrá superar el 50% del caudal circulante por el cauce en el punto de toma y, en ningún caso, dejar seco el cauce. «En estos pueblos, que es la parte de arriba del río, ya llega seco, con lo cual no se puede tomar agua para regar», especifica el alcalde de Mojados.

En números, su homólogo en Megeces, Abel Manso, estima que son unos ocho agricultores los afectados en Megeces y ocho más en Mojados. «La gente ya sabe lo que hay porque otros años les ha pasado igual, y al final se han tenido que buscar la vida y buscar otras formas para regar. Por eso quedan pocos motores que dependan del río», señala.

Para Abel Manso, alcalde desde hace tres lustros, el cauce del Cega es «la canción de cada verano». Desde que tomara posesión del cargo, asegura que es año tras año uno de los problemas que se vienen dando en la localidad de Megeces. «Y ni siquiera tienen el detalle de escucharnos en la CHD y que les podamos realizar nuestras propuestas», lamenta, pues ya el pasado año solicitaron una reunión para abordar la problemática y aseguran que no recibieron respuesta.

De la crecida a la sequía

Los cinco alcaldes de los municipios bañados por el Cega en la provincia de Valladolid solicitarán ahora de nuevo una reunión para que la Confederación Hidrográfica del Duero les escuche. Aseguran que la solución pasa por regular el caudal haciendo una retención.

«Hay que regularlo porque en invierno sufrimos unas crecidas muy fuertes que nos tienen en vilo y en verano este tipo de sequías. Debemos tener un compromiso de caudal o azudes», señala el alcalde Viana de Cega, Alberto Collantes.

La desecación del río origina así cada año fuertes olores, la aparición de mosquitos y la muerte de especies de fauna y flora que perjudica a estos términos. Abel Manso, alcalde de Megeces, tiene ya contabilizadas varias especies que ya han desaparecido, como «la rata de agua, la focha común, el desmán y el martín pescador».

De ahí que, a su vez, protestan por no haber obtenido respuesta a las alegaciones presentadas en abril contra la ampliación de riego para la comunidad de regantes de El Carracillo, porque incluso cuando más caudal existe, que es en la primavera, quedaría un mínimo de 610 litros por segundo. «Y al final en verano origina esta situación, que el río está completamente seco, que nos prohiben regar y que no podemos disfrutar de una parte medioambiental de nuestros municipios, porque es imposible acercarse así», se lamentan los alcaldes del Cega.