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El fabricante alemán del producto que causa ceguera se desentiende

AlaMedics alega quiebra para evitar indemnizar al centenar de afectados en operaciones de retina, cinco de ellos de Valladolid

Mónica Muñoz

Sábado, 28 de mayo 2016, 14:38

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El laboratorio alemán AlaMedics GmbH niega por escrito la vinculación del perfluoroctano Ala Octa con los casos de ceguera del Río Hortega y del resto del país, más de un centenar en toda España. A través de una carta dirigida al despacho Gómez Menchaca que lleva la mayor parte de los afectados, la empresa germana destaca que no está probado que el producto Ala Octa puede provocar «perjuicios a la salud», por lo tanto, explica en la misiva que las personas que se han quedado ciegas tras operarse de retina con el perfluoroctano no deben esperar «ningún pago». La carta, en respuesta a un requerimiento notarial del letrado bilbaíno Carlos Gómez Menchaca, recuerda, además, que el laboratorio se ha declarado «insolvente» y especifica que el procedimiento de «quiebra» se abrió en febrero de este año.

La contestación de AlaMedics GmbH pasa por alto los informes del Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de Valladolid. El centro vallisoletano ha demostrado que todos los lotes del perfluoroctano de 2014 de la empresa alemana AlaMedics GmbH son tóxicos. Los resultados contradicen la explicación del laboratorio germano. Incluso, el IOBA ya ha enviado estos resultados a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) como parte de las conclusiones del informe que ultima para aclarar el daño que ha causado este producto industrial que se utilizaba en intervenciones de desprendimiento de retina. El director de la investigación y del IOBA, José Carlos Pastor, incidió ayer en que las pruebas evidencian su toxicidad. «No hay vuelta de hoja, el perfluoroctano de AlaMedics es tóxico», enfatizó el máximo responsable de la investigación, y avanzó que junto a los estudios que se realizan a nuevos lotes, se van a reproducir los análisis que implementó la empresa encargada de facilitar los certificados al laboratorio alemán para verificar si algo falló en el procedimiento.

Pruebas «irrefutables»

El abogado también recuerda que las pruebas son irrefutables, aunque advierte que era de esperar la contestación del laboratorio alemán. «Eramos conscientes de que no se iban a hacer cargo, además en Alemania las compañías médicas cuando tienen algún problema con un producto inician el procedimiento de quiebra. Por ello, nosotros decidimos solicitar responsabilidad al prestatario del servicio que en cada comunidad es la administración de Sanidad», explica Gómez Menchaca. Desde el punto de vista jurídico, el letrado precisa que la insolvencia de la compañía no afecta a las personas que recurran, repercutirá, aclara, a las compañías aseguradoras que tendrán que asumir las indemnizaciones y serán ellas las que deberán reclamar al responsable último.

Respecto a Sacyl, Gómez Menchaca recalca que aún no se han puesto en contacto con los afectados del Río Hortega. De momento son cinco quienes presentarán sendas demandas ante el Tribunal Superior de Justicia de Valladolid el próximo 30 de mayo, las primeras del país. La compensación que solicitan los demandantes será millonaria. Aunque desde el despacho de abogados se prefiere no fijar cifras ante la inmediatez del proceso judicial, ya se manejó con anterioridad una cantidad conjunta que supera los 1,5 millones de euros. Gómez Menchaca aclara que cada caso es diferente porque habrá que estudiar la repercusión en sus vidas, edades y situación laboral, entre otros factores, para fijar la indemnización. Si antes no se llega a un acuerdo extrajudicial, se prevé un proceso de 8 a 10 meses, muy largo para los cinco vallisoletanos que quieren cerrar cuanto antes este episodio de sus vidas. No obstante, todos coinciden en que quieren que alguien se responsabilice y que se haga justicia.

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