«Hay una responsabilidad de todos de buscar a los desaparecidos»

Licenciado en 1983 en Arqueología por la UVA, Julio del Olmo (Valladolid, 1957) es funcionario del Ayuntamiento de Valladolid, y preside la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica en esta provincia desde 2003.

¿Cómo se vinculó al proyecto?

Un grupo de personas comenzamos a mostrar interés por las actuaciones de localización de fosas en El Bierzo, y decidimos constituir esta asociación aquí. El objetivo era conocer cuál fue el alcance de la represión en la capital y provincia, tras el golpe de Estado de 1936, y analizar por qué se produjo éste.

A su juicio, ¿cuáles son las causas?

Siempre se nos ha dicho que las detenciones y fusilamientos tras la sublevación del 18 de julio se producen por las envidias y divisiones entre españoles. Partíamos de unos pocos estudios que había sobre la represión que hubo en Valladolid, en los que se determinaban que había pocos casos. Decidimos entonces abrir un proceso de investigación a partir de los testimonios orales y un trabajo por medio de los archivos.

¿Cuál ha sido determinante?

Sin lugar a dudas el que tiene el Ministerio de Defensa en el Tribunal Territorial IV, con sede en Ferrol (La Coruña). Allí es donde se concentran todas las causas judiciales abiertas a los vallisoletanos, entre las que se incluyen las de personas que fueron sometidas a juicio y otras que terminaron desapareciendo y siendo asesinadas.

¿En qué contexto social se producen las detenciones en aquel momento?

España se encontraba en un proceso de evolución político-económica que viene de décadas anteriores. Los poderes de entonces no están dispuestos a sumarse a los avances que encarnaba la II República, y que había en otros países. Los no demócratas, no me gusta hablar de derechas o de izquierdas, no vieron en 1936 otra solución que dar el golpe de Estado.

¿Por qué no hubo una resistencia ciudadana el 18 de julio como en otras ciudades?

Se intentó. Es conocido que en la Casa del Pueblo, donde hoy está la Delegación de Defensa, se detiene al día siguiente a 448 personas después de disparar con un cañón desde la calle Galera y unas ametralladoras desde lo alto de la catedral. Y se rindieron.

¿Cuál fue el papel esos días de los miembros de Falange?

Se ha dicho que estos grupos obraban por su cuenta, cuando la documentación que hemos hallado nos dice que no era así. Estas milicias estaban armadas por los militares y tenían consideración de auxiliares del Ejército. Los papeles demuestran que estaban sometidos también a su disciplina.

¿Han documentado algún caso?

Sí. El de un jefe falangista de Alaejos que tras extralimitarse en sus funciones, fue juzgado y fusilado. Se le acusó de instigar la muerte de un compañero falangista y de robar a republicanos que asesinaba. En el juicio de Joaquín Pardo este deja claro al conocer su sentencia de muerte que actuó bajo las órdenes recibidas por el comandante del puesto de la Guardia Civil. Y aportó una lista de personas paseadas por falangistas que se hemos comprobado que efectivamente así fueron.

El año próximo se cumplirán 80 años del inicio de la Guerra Civil.

No tenemos intención de conmemorar nada. Será un año más. Solo pretendemos que se asuma la responsabilidad.