Entre perros y aviones
Integrantes de la zona Noroeste de Tierra y de la base de Villanubla muestran el servicio antidroga y explosivos, y modelos de la aviación militar
Jorge Moreno
Viernes, 5 de junio 2015, 17:02
Sit, Heel, Down y Hopp, voces que cuando un perro las escucha, por boca de su guía (amigo, patrón, compañero, alimentador, según las circuntancias), conllevan órdenes que el animal entiende como siéntate, camina, échate y salta. O muerde. Fueron estas algunas de las alocuciones de mando que se escucharon ayer en el acuartelamiento de San Isidro, y que sirvieron para mostrar al público el trabajo de los perros del Equipo Cinológico que el Ejército de Tierra tiene en Valladolid, una unidad con la que se interviene en operaciones internas de seguridad y en misiones en el exterior.
La IV Subinspección del Ejército de Tierra y personal de la base aérea de Villanubla organizaron ayer, dentro de los actos de la Semana de las Fuerzas Armadas, una demostración canina y de aeromodelismo, en la que el público pudo ver volar pequeños aviones que ya están en la memoria de la aeronáutica.
De entre los perros, Bond (James) destacó por su velocidad y olfato a la hora de localizar estupefacientes ocultos. «Está aprendiendo ya que tiene sólo 10 meses», explicó el cabo Primero, Carlos Prieto, que lleva casi diez años en este grupo especializado que se mueve por cuarteles de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Castilla y León.
Son en su mayoría pastores alemanes, que demostraron que cuando se junta al destreza con la obediencia, el resultado en algunas intervenciones militares es óptimo. Son guardias y centinelas especializados en detección de explosivos y drogas, pero también están preparados para el combate si un recinto militar se ocupada por personal ajeno a la unidad. Con la demostración de estos canes, ayer no se echó de menos a los perros de rescate de la Unidad Militar de Emergencias, con sede en León, y más famosos.
Vinculados a la Unidad de Servicio de la Base del Empecinado, los animales se desplazan a los cuarteles para revisar sus instalaciones. «No podemos comentar nada sobre nuestra actuación, pero las de drogas son mínimas porque la tropa se ha profesionalizado», dice Prieto.
En lo que sí demuestran su destreza es en la localización de explosivos, tanto propios como ajenos «Disuaden en los movimientos de tropa para que no desaparezca nada del material que tenemos», explica.
Los canes pasan por un periodo de adiestramiento que dura alrededor de seis meses, donde el certificado final de obediencia es clave.
Y después de los perros, el público pudo comprobar viejos modelos Fokker o Stinson Reliant (1937) que, aunque a pequeña escala, alcanzaron los cien metros de altura con material de fibra, motores eléctricos y de gasolina.