La foto del desaparecido aún está colgada en distitnas web de desaparecidos.

La familia promueve la declaración de fallecimiento de un desaparecido en 2008

El hombre, de 70 años y que sufría alzhéimer, se perdió cuando paseaba por la Plaza Mayor de Valladolid en octubre de aquel año

J. Sanz

Lunes, 14 de julio 2014, 13:08

Los agentes de las policías Local y Nacional e, incluso, de la Guardia Civil se volcaron durante los primeros días en la búsqueda de un vecino de La Rondilla, que contaba con 70 años y que sufría alzhéimer, a raíz de su desaparición el 18 de octubre de 2008 cuando caminaba en compañía de un familiar por la Plaza Mayor. Pero nadie pudo encontrar rastro alguno sobre su paradero. Y así hasta llegar al día de hoy.

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La desaparición de Santos García Alonso, que así se llama el vecino de la calle Tirso de Molina, pasó a engrosar la reducida lista de casos abiertos sin resolver del Cuerpo Nacional de Policía, cuyos efectivos resuelven cada año en la capital medio centenar de desapariciones, prácticamente todas las denunciadas.

Pero la búsqueda de este hombre, a pesar del concurrido lugar en el que se le perdió la pista, nunca obtuvo resultados positivos. Nada, ni rastro del vecino de La Rondilla. Así que el paso del tiempo, y la falta de indicios sobre su paradero, ha llevado a sus familia a iniciar los farragosos trámites legales para conseguir su declaración de fallecimiento.

Publicado en el BOE

El oficio del juzgado que tramita el procedimiento Primera Instancia número 15, iniciado el pasado 14 de abril, se publicó el 1 de julio en el Boletín Oficial del Estado (BOE). En él se «hace público» el expediente abierto en el mismo y se solicita «a los que tengan noticias de su existencia» que informen al tribunal. El escrito, que fue publicado con anterioridad en medios locales y nacionales, recuerda que Santos García Alonso, natural de la localidad salmantina de Alaraz y vecino de la calle Tirso de Molina, que hoy contaría con 76 años, fue visto por último aquel 18 de octubre de 2008, «ignorándose su paradero desde entonces», señala el anuncio del juzgado.

Sus propios familiares explicaron pocos días después de su desaparición que el alzhéimer que sufría le hacía no ser consciente siquiera de si tenía que comer o beber. Su búsqueda comenzó en la capital y llegó a ampliarse a los pinares del entorno.

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