Secciones
Servicios
Destacamos
PPLL
Miércoles, 22 de junio 2011, 02:34
Como en este oficio de llevarles de pueblo en pueblo hay algo de peregrino jacobeo, para no olvidarlo he regresado a los entornos por los que discurre esta vernácula senda, y por allí vamos a volver a pasar unos días. Y es que aunque Arconada se queda un poco apartado de la traza del Camino de Santiago, dicen las viejas crónicas que tuvo un hospital dedicado a San Facundo y San Primitivo, patrones que todavía siguen siendo del pueblo, al que acompañaba una capilla que prestaba socorro a los peregrinos pobres y enfermos que hasta allí se acercaban.
Todavía hoy, mientras me aproximo a Arconada, veo alguno de estos espirituales caminantes que como yo se distrae en la contemplación de estos paisajes rasos cuajados de cereal, donde un solitario pino se enseñorea sobre una loma. Hemos vuelto a la tierra de campos absolutos, a la rasura horizontal e infinita que diría el poeta.
Y en medio de ella, este pueblo, Arconada, un auténtico pueblo, en cuyas calles todavía huele a comida de madre, donde las gallinas pican los suelos de las eras, cantan los gallos, trinan mil vencejos y golondrinas y hay palomares que deberían de estar catalogados como Bienes de Interés Cultural. Y dominando todo ello, la torre con reloj de la iglesia parroquial de Santa María, que es un sencillo edificio de una sola nave con crucero donde se conserva un buen artesonado mudéjar y un respetable retablo mayor barroco.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Importante aviso de la AEMPS a los diabéticos
Las Provincias
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.