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ARTÍCULOS

Cumpleaños feliz

RAMÓN GARCÍA

Domingo, 14 de noviembre 2010, 02:25

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Ya tengo diez años, quedísimo diario! Diez años como diez soles, según dijo mi abuela Teresa. Mi cumple fue el viernes, ¿sabes? Y lo primero primerísimo que hice cuando me levanté de la cama fue ponerme delante del espejo grande que tengo en mi habitación y hablar seriamente conmigo misma. Eso hice. Me dije: «Hola, Tesa, ya tiene diez años, ya eres mayor. Un número de dos cifras, el 10, no tiene nada que ver con los números de un cifra que has tenido hasta ahora. Ya hasta que te mueras tendrás un número de dos cifras. ¡Eso si no llegas a cumplir 100 años, un poco dificilillo!».

Todo esto me dije cara a cara con el espejo. Y a lo mejor me hubiera dicho más cosas, pero me interrumpieron unos golpes en la puerta. Eran mi papá Alfredo, mi mamá Julia y mi abuela Teresa, que vino la víspera del pueblo para mi cumple. Entraron los tres con una sonrisa de oreja a oreja, me llenaron de besos y achuchones y me entregaron los regalos. Ropa y juguetes, ¿sabes, querido Di? Entendí que querían decirme que, con 10 años, todavía soy una niña (por eso los juguetes), pero que ya soy también mayor (por eso la ropa). Ya sabes que los mayores son así de rebuscadillos. Peor aun: como dice mi amiguísima Renata, son tortuosos, es decir, retorcidos. Ejemplo al canto: el viernes anterior a mi cumple, o sea, hace nueve días, vino Dani Martín a firmar discos en unos grandes almacenes. Dani Martin es el del Canto del Loco, ¿sabes?, y es guapísimo. Yo le pedí a mi mamá Julia que me llevase a verlo,¿no?, ¿y quieres oír con qué me saltó? Que cuando tuviera 10 años.

-¡Pero si solo me falta una semana! -le contesté.

-Pues qué mala suerte que Dani Martín no haya venido una semana más tarde.

¿Lo ves, querido Di? Tortuosos y retorcidos, anda que no. Seguro que si viene Bob Esponja me lleva a verlo a todo correr. Ah, y otra cosa: ¿te piensas, querido Di, que me han regalado un móvil con mis diez añazos recién cumplidos? ¡Ja! Una parca roja mi señora madre -preciosa, eso sí-, y un diábolo fosforito para zurdos mi señor padre (dice que es para zurdos porque tiene un palitroque más largo que el otro, ya ves tú). Aunque a mí el regalo que me ha hecho más ilusión han sido las tres pulseras Silly Bands que me ha regalado Fonsito Martínez, míralas, las llevaré puestas todísima mi vida. (¿Querrá decir que ya somos novios, querido Di?, ¿tú qué piensas?) ¡Estoy como un flan!

Mi abuela Teresa me ha regalado un sombrero de Exploradora-Busca Tesoros, pero me dijo una cosa que me ha dejado un poco triste: «Desde ahora -me dijo-, con diez años como diez soles, ya no te volveré a llamar mocosa». Yo no le dije nada, ¿sabes?, pero la verdad es que a mí me encanta que mi abuela me llame «mi mocosilla», y no entiendo por qué con diez años ya no me lo puede llamar. ¡A ver si esto de ser mayor no es tan interesante como yo pensaba...!

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