Un toro rompe la valla en el encierro nocturno y causa el pánico en las calles

«Hemos tenido de nuestro lado la colaboración divina». Estas palabras del alcalde de Nava de la Asunción, Santiago de la Cruz, definen muy bien lo que debieron de sentir los responsables municipales cuando el último de los seis toros que faltaba por realizar el recorrido del encierro nocturno del sábado levantó y rompió las dos talanqueras que forman parte del doble vallado de la Calle Julián Arévalo. Ese punto, como el resto del recorrido, se encontraba repleto de espectadores y algunos de ellos pudieron refugiarse bajo un remolque de tractor que estaba aparcado reforzando el vallado.

Se vivieron momentos de tensión y peligro, ya que el astado huyó unos metros por la calle Gabino Herrero donde también había público. No hubo ningún herido gracias a la rápida intervención de un joven experto en concursos de recortes de novillos que ayudado por una camisa consiguió atraer al toro nuevamente al recorrido del encierro. Finalmente consiguió llegar a la plaza tras embestir en numerosas partes del vallado y tras haber provocado el colapso de las líneas telefónicas, además de conseguir que muchos espectadores abandonaran asustados la zona al saberse que un toro había escapado del recorrido.

Un herido leve ayer

El encierro dominical también resultó muy entretenido para el público. La manada recorrió los diferentes tramos de forma muy escalonada y arremetiendo contra los corredores, llegando a herir levemente a uno de ellos en la zona del Caño del Obispo. Para evitar más riesgos, se decidió no soltar de nuevo al toro que había escapado la noche anterior.

Lo que sin duda ha llamado más la atención estos días fue lo que llegó ayer tras la conclusión del encierro, el ya famoso toro encajonado. Hasta las proximidades del Caño del Obispo llegaron miles de personas, un gentío como no se conocía hasta la fecha, sin duda atraído por la novedad y el calor que sorprendentemente está haciendo estos días de fiesta. Tras la emocionante espera, el toro dejó algo decepcionados a los espectadores, pero tranquilos a los organizadores que vieron como el festejo concluía sin percances.