
Secciones
Servicios
Destacamos
TERESA LAPUERTA
Miércoles, 31 de marzo 2010, 02:59
Para hablar de la Semana Santa en la provincia habría que hablar de la devoción y las tradiciones de todos sus municipios, cada uno con sus peculiaridades. Muchos procesionan sus tallas, otros celebran con pasión y alrededor de la hoguera la Solemne Vigilia Pascual del Sábado Santo, o los oficios del día anterior, y la mayoría manifiestan su alegría con las palmas del Domingo de Ramos y la Pascua de Resurrección. Pese a las estrecheces presupuestarias y a la escasez de sacerdotes -el Arzobispado solicita la colaboración de las congregaciones para que ningún pueblo se quede sin Pasión- las localidades vallisoletanas despiertan estos días del letargo del invierno.
Ni la despoblación ni las crisis de fe están impidiendo a muchos municipios luchar como titanes para recuperar tradiciones varias veces centenarias que parecían condenadas a desaparecer. Villafrades, con tan sólo 88 habitantes censados, y Alaejos, con 600 cofrades entre sus apenas 1.600 vecinos, son dos claros ejemplos de que, con voluntad e ilusión, se puede hacer frente a todas las dificultades.
En el año 2002 y a iniciativa de la asociación cultural El Cordón y de la Cofradía de San Roque, Villafrades recuperaba su emblemática procesión de Viernes Santo, «que había caído en el olvido por el descenso de la población y el desinterés hacia lo religioso», en palabras del alcalde, Alfonso Gordaliza.
Ocho años después, la procesión del Cristo de la Misericordia, al son de las marchas fúnebres interpretadas por las dulzainas de la asociación y por los los cantos religiosos de la coral villafradeña, se ha convertido en un referente en el programa semanasantero de la provincia. Su largo recorrido por las estrechas calles del municipio, en especial por la del Cristo, así como la belleza de sus imágenes -un Crucificado del siglo XVI recientemente restaurado, otro Cristo del XVIII, obra de un maestro tallista riosecano, y la Dolorosa- son un reclamo para los vecinos de toda la comarca terracampina.
«Cada año tratamos de completar la celebración. Revivimos los antiguos toques de carracas, realizamos una comida de hermandad con paella y bacalao en los locales municipales y, tras la procesión, para entrar en calor, el Ayuntamiento ofrece un chocolate a los vecinos. Una colación para el Viernes de vigilia», explica el regidor.
Rafael Gómez, presidente de la asociación, será uno de los veinte cofrades de San Roque que el próximo viernes acompañará las tallas ataviado con sus tradicional capa y sombrero y, junto a otros muchos vecinos y allegados, se encarga de que todo esté a punto. «Hay que limpiar la iglesia, preparar las andas -todas las tallas salen a hombros- y organizar la comida y el chocolate. Sin la colaboración de la gente, un ayuntamiento como el nuestro no tendría nada que hacer», concluye Gordaliza.
Gómez, al igual que sus compañeros, reconoce que el resultado final «merece la pena», aunque advierte que un trabajo así sólo se hace «por amor a un pueblo, para que no muera».
Nueve penitenciales
Podría parecer que el municipio de Alaejos lo tiene un poco más fácil. Nueve cofradías penitenciales -alguna de ellas, como la del Santísimo Cristo de la Caridad, fundada en 1730- una decena de tallas de envergadura, una Junta Local de Cofradías vital y entregada, y más de un tercio de los vecinos, cofrades. Sin embargo, organizar una Semana Santa con triduo, novena, vía crucis, vigilia pascual y tres grandes procesiones, no es tarea fácil con un presupuesto escaso.
«Hace unos años intentamos conseguir la declaración de Fiesta de Interés Regional, pero hay requisitos como el número de plazas hoteleras que no cumplimos», explica el alcalde, que coincide con su homólogo de Villafrades al puntualizar que «la Semana Santa sale adelante porque los cofrades se ocupan de todo».
«Aunque Alaejos tiene mucha tradición, en los últimos años el tirón de nuestra Semana Santa ha ido en aumento y también el número de visitantes. Nos han reclamado programas desde Zaragoza, Cáceres, Badajoz, Jaén, Tenerife...», explica el presidente de la Junta Local de Cofradías, Mariano Rubio, que reconoce que con los 2.500 euros anuales de presupuesto con que cuenta la cofradía «hacemos lo que podemos».
La ventaja con que cuenta Alaejos es, en opinión del presidente de los cofrades desde el año 2002, es «que prácticamente todo el pueblo se vuelca con la Semana Santa y acude en masa a las celebraciones», aunque la responsabilidad en lo que al mantenimiento y cuidado de las tallas, organización de los actos (reparto de los ramos, señalización de las estaciones del Vía Crucis...) depende directamente de cada una de las cofradías.
El acto más peculiar de la Semana Santa de Alaejos tendrá lugar hoy, Miércoles Santo, a las 10.30 horas en la iglesia de Santa María, cuando los hermanos del 'Cristo de la Salud' bajarán la imagen y lavarán al Cristo las llagas con vino para, posteriormente, repartir la bebida entre enfermos y fieles. Tampoco hay que perderse el Vía Crucis por la calle Arrabal con Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Virgen de la Soledad. La procesión de la Pasión del Señor, el Jueves Santo, con los pasos de La Oración en el Huerto, El Cristo Atado a la Columna, Jesús Nazareno, La Caída, Cristo Despojado y Santísimo Cristo de la Salud; y las del Santo Entierro y El Silencio, El Viernes Santo, con los pasos de Santo Entierro, La Soledad y Nuestra Señora de los Dolores, son otros de los más bellos momentos de la Pasión de Alaejos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Todo lo que necesitas saber del Rallye Festival Hoznayo
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.