La tortuguita del niño molestaba y devoró el río
J. A.
Lunes, 8 de marzo 2010, 02:24
Es un 'regalo' envenenado, que cuando molesta en casa o al crío le deja de hacer gracia puede llegar a hacer mucho daño a los autóctonos. La tortuga de Florida, ese galápago de caparazón verde que vive en los pisos a la sombra de una palmerita de plástico, también ha encontrado su sitio en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres. El CRAS de Valladolid ha asumido recibir a esta especie para que las familias hartas de la mascota no los depositen en ningún cauce natural. «Es muy voraz compite con especies autóctonas como el galápago leproso o el europeo, y gana, se come los huevos, las crías...», explican los responsables de este consultorio animal.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.