Vasily Petrenko, director invitado de la OSCyL. :: GABRIEL VILLAMIL
Vasily Petrenko | Director

«La música clásica da beneficios a largo plazo y las elecciones son cada cuatro años»

La batuta invitada dirigirá la 'Novena' de Mahler, «un compositor moderno que se hacía las mismas preguntas que el hombre de hoy»

V. M. NIÑO

Miércoles, 10 de febrero 2010, 09:19

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El año pasado hizo la 'Séptima' de Mahler con al Sinfónica de Castilla y León y hoy será la 'Novena'. El principal director invitado de la OSCyL y el titular de la Liverpool Philarmonic Orchestra, Vasily Petrenko (San Petersburgo, 1976), ha descubierto hace poco que además de compartir oficio con el compositor bohemio, nacieron el mismo día, 7 de julio.

-Hace un 'mahler' por año con la OSCyL y dirigirá las 10 sinfonías en Liverpool. Es el año Mahler, pero también ¿un maratón necesario para todo director?

-Este compositor es uno de los grandes por sus inmensas sinfonías, no sólo por la calidad sino por la cantidad. La 'Octava' necesita 1.000 personas en el escenario. Es muy interesante porque es una estructura grande, como la de hoy, casi 90 minutos de sinfonía. Pero es que en cada compás hay cosas fantásticas para pensar, sentir, vivir, conocer, y en mi opinión Mahler es un reto para el director. Es un compositor muy moderno. Todas las preguntas que él se hacía sobre el público, la sociedad, el individuo, siguen vigentes hoy. Preguntas sobre qué es la verdad, qué apariencia. En esta 'Novena' apunta preguntas sobre la frivolidad de la sociedad, sobre la falsedad. También se pregunta por la naturaleza, hoy que nos preocupamos por el calentamiento global, ya Mahler demostró en su música su amor por la naturaleza.

-Alma, Adorno, son muchos los que han escrito sobre él ¿qué crédito da a esas fuentes?

-Mahler primero es un gran director, esa es su primera carrera. Es una leyenda que Mahler sea una víctima del mundo. La vida privada es muy dramática, transida por la muerte, pero también es un director de éxito responsable primero de la Ópera de Viena y luego del MET en Nueva York. Era muy famosos y dirigió a las orquestas más conocidas. Aunque para él lo más importante era la composición y hoy se le conoce sobre todo por eso. De un director ¿qué queda? A lo sumo unas grabaciones, pero los discos son virtuales. El compositor es lo que permanece.

-¿Qué relación ve entre Mahler, Strauss y Bruckner?

-Strauss y Mahler mantenían una buena relación. Strauss dirigía el festival de Berlín y se empeñó en que se estrenara una sinfonía de Mahler en cada temporada. Strauss es un fan de él pero a la vez es el número uno de la composición alemana en ese momento y Mahler, el segundo. Mahler era un maximalista al que le resultaba demasiado sensual Strauss. Brucker habla de la palabra de dios y Mahler de un humano que busca vivir como un dios. El final de la 'Novena' de Mahler es una meditación y una discusión de Mahler con Mahler. ¿Qué pasa con el espíritu? ¿Qué queda tras la muerte?

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-Dirigirá a la OSCyL en dos conciertos de marzo. ¿A qué se deben los programas elegidos?

-Grieg lo eligió Alessio, el pianista. Elgar es cosa mía, considero interesante traer música inglesa a una orquesta española que creo no lo ha tocado mucho. Y Tchaikovski, es de casa. En la siguiente cita, dos cantantes rusos interpretarán a Shostakovich, y tocaremos a Mozart . Es un programa de dos sinfonías escritas para cámara y se podrá comparar como se entendía esa forma en el XVIII y luego en el XX.

-Procede de la severa escuela soviética. ¿Cómo ve ahora la docencia musical en Rusia, se perdió la tradición con el comunismo?

-Sí se pierde porque con los comunistas hubo cosas malas pero el apoyo a la cultura era más grande. Muchos salieron y están en España, por ejemplo, en la escuela Reina Sofía. La profesión de músico no es popular porque es más fácil para ganar dinero ser físico o funcionario. Cuando comencé a estudiar 400 candidatos hicimos un examen para 25 plazas. Hoy hay 25 candidatos para 25 plazas. El éxito de la escuela soviética se debió a que era una de las pocas posibilidades de irse.

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-¿Cómo ven sus compatriotas a músicos como usted o Gergiev que trabajan fuera?

-Gergiev hace su vida allí en el Mariinski, tiene relación con Putin, es una persona conocida. Yo trabajo tres o cuatro semanas al año y recibo buenas críticas. El problema es que en Europa ser director es ocuparte del trabajo en el podio. Aquí llegan los músicos con la partitura estudiada, han oído grabaciones. Allí te tienes que ocupar de los músicos, de la taquilla, de la burocracia. Eres el padre de la orquesta y los músicos son niños sin responsabilidad. También hay que luchar con los administrativos, que no son profesionales sino ex burócratas. Un día porque pedí dinero para cambiar las cuerdas de los violines que se rompían en los ensayos y el burócrata me decía que les pidiera que tocaran más flojo. La música clásica eleva el nivel de los estudiantes, de la sociedad, de la vida intelectual, pero no da beneficios a corto plazo, sino a los 15 años y las elecciones son cada cuatro años.

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