Un matrimonio dona dieciséis kilos de pesetas que encontró en unas cajas de zapatos
La pareja lo halló en un piso y ha entregado la cantidad al Banco de Alimentos de Asturias
Las pesetas dijeron adiós hace casi 20 años pero nunca se han ido definitivamente. Ahora sí, no hay vuelta atrás, el Banco de España cerrará el plazo para cambiar los billetes y monedas que todavía resisten en los lugares más reconditos de nuestros hogares el próximo 30 de junio. Antes de que llegue esta, para algunos fatídica fecha y dejen de tener validez para siempre, el Banco de Alimentos de Asturias ha querido despedir a ala 'rubia' como se merece: con un fin solidario.
Para eso ha puesto en marcha una campaña de recogida de la que fue durante mucho tiempo la moneda de curso legal en España y sus territorios de ultramar desde su aprobación el 19 de octubre de 1968 hasta el 1 de enero de 1999 para canjearlas por donaciones en alimentos «que tanta gente necesita. Y, más, en estos tiempos de pandemia».
Según datos del Banco de España, todavía se conservan hasta 200.000 millones de pesetas, en euros la cifra asciende a 1.600 millones. Y «los asturianos han respondido con la solidaridad que les caracteriza», porque, desde finales de marzo, ya han solicitado su recogida por teléfono o po correo electrónico más de medio centenar de personas.
Uno de ellos es Manuel Fernández, que dio con un tesoro cuando fue a poner orden en uno de los pisos que su suegro tenía en alquiler. Una vivienda que, según cuenta este ovetense, alquilaba un señor mayor sin familia que falleció. Cuando fueron a recoger sus pertenencias se encontraron con esta sorpresa mayúscula, varias cajas de zapatos llenas de pesetas. Durante el confinamiento, el matrimonio se entretuvo separando y clasificando las monedas y billetes y metiéndolas en un cubo que terminó llenándose. En total, 16 kilos de pesetas.
Una historia agridulce con final feliz, porque, tras escuchar por la radio la iniciativa del Banco de Alimentos, decidieron donarlas «en recuerdo y como homenaje al fallecido», pero también con la esperanza de que muchos otros sigan sus pasos y entreguen sus añorados duros y 'pelas' por una buena causa.