Las imágenes de un hombre disfrazado de dinosaurio viendo una procesión se vuelven virales
La vallisoletana Elisa Alonso Engelmo tomo unas fotografías y vídeos que han corrido como la pólvora entre la indignación de algunos y la sonrisa cómplice de otros
La Semana Santa de Valladolid recibió durante la tarde del Jueves Santo a un invitado del todo inesperado y bastante incómodo para aquellos que viven con más recogimiento y seriedad los desfiles procesionales que recorren las calles de la capital durante estos días de fervor religioso.
Un hombre decidió acercarse al recorrido de la Procesión de la Exaltación de la Luz de Cristo ataviado con un disfraz de Tyrannosaurus rex, lo que ha provocó un doble efecto. Por un lado, la sorpresa de aquellos que observaban el discurrir de la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores por la calle Núñez de Arce y la indignación de unos pocos que llegaron incluso a increpar a la persona disfrazada para que o se apartara de la procesión o se quitase su traje; por otro, un auténtico revuelo en las redes sociales donde las imágenes, tomadas por Elisa Alonso Engelmo, corren como la espuma tanto a través de Twitter, donde las compartió su autora (@elliisnotonfire), como en los reenvíos de WhatsApp, donde se han viralizado enormemente.
En las fotos y vídeos se puede ver a la persona disfrazada observar la procesión e incluso bailar de un lado a otro, como si de un paso se tratase, al ritmo de una de las bandas de música. Además, en una zona del recorrido de la procesión donde ya los dos pasos que se muestran en ella están en las calles, hay varias instantáneas del dinosaurio junto al Santísimo Cristo de la Exaltación y otras observando de cerca a Nuestra Señora de los Dolores. Imágenes absolutamente surrealistas.
Según la propia autora, el hombre disfrazado simplemente se quedó «quieto mirando la procesión y sin hacer ningún ruido» e incluso «estaba mucho más atento que otras personas que había allí», por lo que considera que «no hizo daño a nadie», aunque «podría habérselo ahorrado», reconoce.
Lo cierto es que pese a que hubo un instante de tensión cuando otro hombre intentó hacer que el disfrazado se marchara incluso empujándole, un tercero puso paz en la escena asegurando que no estaba haciendo nada malo.
La situación no pasó a mayores, el dinosaurio ficticio aguantó hasta el final de la procesión y lo sucedido se ha quedado en una mera anécdota que ha corrido como la pólvora.
