La Procesión del Resucitado se queda en una vuelta a la Plaza Mayor de Segovia

Un cambio más a la liturgia que venía siendo habitual en los últimos años, ya que tampoco se iba a escenificar el Encuentro con la Virgen, tal y como ya se había anunciado con antelación en las semanas anteriores a los ritos religiosos conmemorativos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Y es que ambas partes evidenciaron y expresaron en los prolegómenos de la Semana Santa de Segovia las discrepancias que ya habían mostrado en ediciones anteriores. Ante la falta de acuerdo, cada una desfiló por su lado. Por uno, el cortejo de la organización oficial bajo cuyo paraguas se agrupan las diez formaciones cofrades de otras tantas parroquias y barrios de la ciudad; por otro, los fieles y devotos de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío.

Más allá de este 'desencuentro' del Hijo con su Madre, y ante el riesgo de que la Procesión del Resucitado en solitario, acto festivo recuperado en esta ocasión debido a la citada ruptura con la Hermandad del Rocío, se viera aguada por la lluvia caprichosa e indeseable, la Junta de Cofradías optó primero por aguardar en la Catedral de Segovia por si se difuminaba la amenaza latente. Como no fue así, pero tampoco se atrevía a descargar uno de los aguaceros que han marcado estas fechas, el cortejo salió de la seo media hora después de lo previsto.

A las 11:30 horas había público apostado tras las vallas que delimitaban el recorrido. El evento empezó con la salida por la puerta de la Catedral del desfile en el que las distintas cofradías enarbolan sus estandartes. Abrió el paso solemne La Oración en el Huerto de San Lorenzo con una muestra de que hay cantera en las agrupaciones; a la que siguieron La Flagelación del Señor, de Nueva Segovia; la penitencial de Nuestra Señor Jesús con la Cruz a Cuestas y María Santísima de las Angustias de la Asociación de Exalumnos Maristas; La Esclavitud del Santo Cristo de la Cruz, del Cristo del Mercado; el Santo Cristo de San Marcos; la Soledad al Pie de la Cruz y el Santo Cristo de la Última Palabra, de San Millán; Nuestra Señora de la Piedad, de San José; la Real Cofradía de la Santa y Venerable Esclavitud y del Santo Entierro del Cristo de los Gascones; la Feligresía de San Andrés, y la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad Dolorosa y cofradía del Recogimiento, de Santa Eulalia.

Tras ellos, en su carroza ornamentada y custodiada por la Guardia Civil, se alzaba la imagen de Cristo Resucitado. Cientos de personas siguieron el recorrido recortado por el pasillo delimitado por las vallas colocadas y que dio la vuelta a la Plaza Mayor para regresar la Catedral, donde el obispo, Jesús Vidal, ofició la misa de Pascua y la bendición papal.