Encuentro en Cuéllar. M. R.
Semana Santa en Segovia

El Encuentro entre Jesús Resucitado y La Soledad pone fin a la Semana Santa cuellarana

El público llenó la plaza Mayor y recibió con aplausos a los portadores de los tronos de las imágenes tras el saludo de ambas imágenes

Mónica Rico

Segovia

Domingo, 9 de abril 2023, 21:23

Entre el repique de las campanas de la iglesia de El Salvador y los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía ... de Nuestro Padre Jesús Nazareno hacía su salida ayer la imagen de Cristo Resucitado, un acto con el que se iniciaba la última de las procesiones de la Semana Santa cuellarana, la del Encuentro, y en el que la talla iba acompañada de los penitentes y manolas del Nazareno, además de su banda.

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Después de la salida del Resucitado, las miradas se volvían a la iglesia de San Francisco, de donde partía la imagen de Nuestra Señora de La Soledad, portada en andas por varios de sus cofrades, cubiertos con capuchón blanco, y acompañada de sus penitentes, manolas (con mantilla clara) y su banda, que interpretó La Salve antes de iniciar la procesión.

Pasadas las 12:30 horas ambas imágenes accedían a la plaza Mayor de la localidad, donde numeroso público esperaba ya para disfrutar del encuentro. Los penitentes de ambas agrupaciones se situaron en el entorno de la rotonda, mientras las dos bandas de Cornetas y Tambores se instalaban juntas para unir sus sonidos.

Poco a poco Cristo Resucitado y La Soledad fueron avanzando hasta llegar al centro de la plaza, donde los portadores consiguieron que las imágenes realizaran un saludo mutuo, con inclinación de ambas tallas a modo de reverencia. Con unas palabras del sacerdote, las campanas de la iglesia comenzaron a voltear, y la imagen de la Virgen se despojaba de su mantilla de luto, dando paso al manto de Gloria, mientras se soltaron varias palomas.

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Los actos fueron recibidos por aplausos del público, que llenaba los aledaños de la plaza Mayor, mientras las campanas continuaban repicando, los portadores de ambos tronos continuaron con el movimiento de las imágenes, en esta ocasión girándolas hasta situarlas una junto a la otra.

De nuevo regresaron los sonidos de las bandas de cornetas y tambores de La Soledad y el Nazareno, quienes interpretaron varias piezas al unísono, mientras los nazarenos dirigían la talla de Jesús Resucitado hacia la iglesia de San Miguel, donde la talla presidió la eucaristía, mientras los portadores de La Soledad llevaron de nuevo la imagen hasta San Francisco, acompañada de numerosos fieles.

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