Grijota reedita en un ambiente de recogimiento el Vía Crucis viviente

El Vía Crucis Procesional Viviente de Grijota, una tradición que ya suma 22 años, volvió a llenar de fervor y emoción las calles del municipio. El actor Raúl Calzón asumió también el papel protagonista de Jesús el Nazareno, demostrando un conmovedor realismo durante todo el recorrido.

La interpretación de Raúl Calzón se ha convertido en uno de los aspectos más destacados del Vía Crucis de Grijota. Con su barba descuidada, cabello largo y la corona de espinas, encarna de forma impactante la pasión y agonía que sufrió Cristo durante su camino al Calvario. Este año es el tercero consecutivo en el que Raúl protagoniza esta representación, elevándose, siendo crucificado y descendido de la cruz con especial delicadeza por sus compañeros, ante los ojos emocionados de los asistentes.

El cortejo está compuesto por una veintena de vecinos que, vestidos cuidadosamente, representan a diversos personajes bíblicos. Destacan los soldados romanos, con llamativas túnicas, cascos y lanzas, encargados de custodiar a Jesús y a los ladrones durante todo el recorrido. Junto al personaje principal, están representados dos ladrones crucificados a su lado, y María, interpretada por una joven del pueblo. Además, otras cuatro mujeres acompañan el cortejo en señal de duelo y apoyo.

El ambiente de recogimiento en este municipio del alfoz de Palencia se completa con un portador del estandarte, otro vecino encargado de llevar la cruz de la cofradía, y los integrantes de la banda de cornetas y tambores, cuya música marca el ritmo solemne de cada una de las 14 estaciones del Vía Crucis.

La representación viviente de la Pasión de Cristo, que tiene una duración aproximada de 45 minutos, comienza en la iglesia parroquial y recorre varias calles hasta culminar en la ermita románica de Nuestra Señora de los Ángeles, lugar emblemático donde se realiza la Crucifixión y el posterior descendimiento de la cruz.

Jorge Romero, presidente de la Cofradía Penitencial de la Santa Cruz, destacó que pese a la incertidumbre que suele generar el tiempo, este año acompañó desde primeras horas del Jueves Santo, facilitando la elevada asistencia de vecinos y visitantes.

Gracias a la experiencia acumulada a lo largo de estas más de dos décadas, la mayoría de los actores repiten en sus roles, haciendo que no sean necesarios ensayos exhaustivos, pues todos conocen profundamente sus papeles. De esta manera, Grijota revivió un año más su particular expresión de fe y devoción, consolidando una tradición que sigue emocionando a generaciones enteras.

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