Yeray Lamariano seguirá en Nava hasta final de temporada: «Me siento útil»
El vasco volvió a gran nivel tras nueve meses retirado y plantea un rol de tercer portero: «En vez de estar en mi casa parado, sigo entrenando»
En las relaciones de verdad, siempre cabe una cita más. Yeray Lamariano y el Balonmano Nava seguirán juntos, al menos hasta el final de la ... temporada, tras el acuerdo entre el portero que interrumpió en agosto su retirada para echar una mano tras la lesión de Dzmitry Patotski y el club, que le quiere tener activo en la reserva, ya sea como tercer portero, como recurso de emergencia o algo más. «En vez de estar en mi casa parado, sigo entrenando. Lo reduciría a que me siento útil». El vasco, formado como economista, lo explica con un concepto: función de utilidad. Es decir, exprimir los activos y no desperdiciar lo conseguido, es decir, un jugador de 41 años con un punto de forma más que válido para la Asobal. Así que completará a Luis de Vega y a Matheus Buda, el brasileño que llegará tras jugar el Mundial.
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Tras la rotura del tendón de Aquiles que acabó con la temporada de Patotski en el primer amistoso, el Nava llamó a Yeray, que dejó el balonmano en diciembre de 2023 cuando terminó la primera vuelta con el Atlético Valladolid. El portero agradece al club la sensibilidad para respetar su vida laboral, pero tuvo dudas porque llevaba nueve meses en barbecho: no solo sin recibir balonazos, sino sin correr un kilómetro seguido, con el agravante físico de teletrabajar, todo el día sentado. Así que asumió una incierta transición. «A ver cómo reacciona mi cuerpo. Sin ser yo creyente, rezando todos los días para no lesionarme. Me ponía en lugar del club, a ver si me fichan porque ha habido una lesión y me lesiono a la tercera semana. Si fuese un mercenario, me da igual, pero para mí Nava es mi casa». Tan al servicio del club estaba que se ofreció a marcharse si aparecía una opción mejor.
Habla de unas primeras semanas duras que supo llevar con la experiencia. «Para ser portero de balonmano hay que estar bien físicamente, pero es más importante la cabeza que otra cosa. Yo he jugado lesionado y he parado y he jugado en plenas condiciones y no he tocado ni una bola». La motivación la puso el servicio a la causa para la que fue llamado. «En cualquier trabajo, cuando ves que estás ayudando, es muy satisfactorio. Las agujetas se llevan mejor de esa manera». Y ha sacado el máximo partido de su versión actual. «No estaba ni tan rápido, flexible o explosivo, pero he podido compensar eso con otras cosas, con más concentración o tranquilidad». Y quizás, duda, menos responsabilidad, sin ese rol principal. «Sin ser el primer portero, si yo la cago el equipo pierde. Luis ha estado a un nivel espectacular y yo solo he tenido que hacer un poco de comparsa. Culminar algún partido o darle descanso en ciertos momentos. Así es mucho más fácil, para mí ha sido sencillo». El leonés acredita un 26,2% de paradas, un dato casi clavado al 26,5% del guardameta vasco.
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Yeray seguirá entrenando y aportando intangibles en el vestuario. «Haré prácticamente lo mismo, yo estoy a disposición de los entrenadores como cualquier otro jugador del equipo, sabiendo que vine en su día de estar retirado a echar una mano, que es lo que voy a seguir haciendo». Precisamente ese enfoque hace que para el club no haya conflicto a la hora de tener que dejar a un portero en casa cada semana. «No estoy en esa época de mi vida en la que no jugar me vaya a afectar demasiado. No es lo mismo tener 27 años que ahora, que voy a hacer 42. Para mí lo más importante es que soy un activo, voy a hacer todo lo posible por aportar en todos los ámbitos».
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Su evolución abrió la puerta a extender el contrato. «Ahora no tengo dudas sobre mi estado físico, he entrado en la dinámica y la decisión es mucho sencilla». Un acuerdo que se tejió en diciembre, pese a que la afición le despidió en el duelo ante el Benidorm como lo que a priori era, su último partido. Aún no.
El grupo vuelve hoy a los entrenamientos sin el portero brasileño, seleccionado para el Mundial
El Nava vuelve hoy a los entrenamientos, dos semanas y media después de terminar la primera vuelta en casa ante el Benidorm. Lo hará sin los dos extremos zurdos, Lautaro Robledo y Pancho Ahumada, por compromisos con Argentina y Chile, respectivamente. Tampoco estará aún Matheus Buda, el portero que ha firmado el club para la segunda vuelta, porque ha sido seleccionado como uno de los tres guardametas de Brasil para el Mundial, que se celebrará conjuntamente en Croacia, Dinamarca y Noruega entre el 14 de enero y el 2 de febrero. Su llegada dependerá de cuánto aguante su selección en el torneo. La idea es que regrese uno o dos días después de su eliminación.
Una situación que justifica la continuidad de Yeray, que empezará el año como lo terminó, junto a Luis de Vega, aunque tiene claro su papel de retén: «Si de aquí a final de temporada no juego ni un minuto porque los dos porteros lo hacen genial, perfecto, para mí no será ningún problema. Estaré contento, eso quiere decir que ha ido todo bien». Su razonamiento es que si disputa minutos es que algo ha fallado. Acepta que puede mejorar el nivel «de manera puntual», pero no de continuo. «Yo tengo un espíritu competitivo muy alto, pero lo mejor para el equipo es que ellos estén a gran nivel».
Su entrenador, Álvaro Senovilla, subraya que el portero brasileño viene a desempañar «un rol importante», pero no limita las opciones del vasco. «Yeray está haciéndolo bien, yo creo que pueden competir entre los tres. A lo mejor Matheus y Luis están más en activo, pero sabemos que él no se toma las cosas con calma cuando compite, va a muerte».
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