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Los veterinarios de Segovia, en sintonía con los compañeros de otros territorios, siguen «en la lucha». Hasta ahora, las reivindicaciones del colectivo solo «han sido ... escuchadas parcialmente», explica el presidente del colgio profesional José Miguel Gil. Por eso, mantiene el llamamiento a secundar la manifestación de ámbito nacional que tendrá lugar el día 7 de mayo en Madrid ante el Congreso de los Diputados. «Pedimos poder trabajar con criterio clínico y científico, con rigor y con humanidad», reza la convocatoria de la Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios.
La entrada en vigor del Real Decreto 666/2023 ha detonado la indignación del sector y la profunda preocupación de las plantillas, que se siente «ninguneado» por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Las consecuencias de este marco normativo son «negativas» para «el ejercicio de profesión como para los animales y sus propietarios», especifica el gremio, que recrimina al departamento que dirige Luis Planas la falta de respuesta a sus demandas y la ausencia de diálogo.
La regulación objeto de la protesta de los veterinarios se implantó hace dos años, recuerda José Miguel Gil; sin embargo, la aplicación desde principios del pasado enero de una disposición específica sobre la prescripción y dispensación de medicamentos veterinarios en el país es la razón que ha desatado la inquietud del sector. Entre las novedades que introdujo esa nueva ordenación está la obligación de que la adquisición de medicamentos para mascotas, estas estén identificadas con microchip. Por lo tanto, los veterinarios están forzados desde comienzos del año a verificar la identificación del animal, así como a registrar la preinscripción en un sistema electrónico que vincule al animal con el tratamiento, al igual que informar del prospecto a los dueños.
A su vez, la revisión del Real Decreto fija restricciones en el desempeño laboral como, por ejemplo, en lo que respecta a la prescripción de antibióticos para animales de compañía. En este sentido, el Gobierno central ha puesto en funcionamiento el Sistema Informático Central de Control de Prescripciones Veterinarias de Antibióticos, conocido popularmente como Presvet.
Los profesionales se sienten «desbordados por una carga burocrática inútil», critican los afectados. Además, este modelo retrasa tratamientos en casos críticos y «no mejora la seguridad, ni la trazabilidad ni el uso racional de los medicamentos», añaden, lo que deriva en el «colapso de los centros» especializados. El Colegio de Veterinarios de Segovia asume las quejas y las reivindicaciones del comité de crisis constituido para gestionar las demandas ante el Ejecutivo central. El personal de la provincia se ratifica en las protestas encabezadas por la representación legal configurada por sindicatos, asociaciones profesionales y científicas, empresas y sociedades académicas, además de entidades colegiadas.
José Miguel Gil
Presidente del Colegio de Veterinarios de Segovia
Las movilizaciones se han sucedido contra la disposición del pasado enero. Por ahora, las convocatorias de huelga que podían dejar en jaque los mataderos segovianos se han ido aplazando a la espera de movimientos de ficha que encuentren soluciones a los conflictos que se han generado. El colectivo acusa «una presión psicológica creciente, expresa miedo, ansiedad y frustración por verse obligado a trabajar bajo unas normas absurdas, restrictivas y alejadas del conocimiento científico disponible».
Los veterinarios lamentan los obstáculos que alza la disposición de enero, ya que se ven obligados a «esperar o recorrer varias farmacias para encontrar la medicación», por lo que los tratamientos se demoran o se sustituyen con alternativas «inadecuadas». Esta situación se traslada a los propietarios de animales, que ven cómo sus mascotas enfermas «no pueden tratadas con la agilidad y las garantías que requieren», se queja la institución colegial.
En el ámbito regional, a principios de este mes de abril, la Consejería de Sanidad de la Junta ha ofrecido al Sindicato de Veterinarios de Castilla y León un incremento del complemento de nocturnidad, de modo que los profesionales que trabajan en los mataderos en jornada nocturnas pasarían de percibir 2,45 euros por hora a 9 euros la hora por noche, cifras adicionales a sus retribuciones normales, lo que implica casi cuadruplicar el importe a percibir el personal.
Además, la Administración autonómica ha propuesto a la representación sindical de los veterinarios la creación de un nuevo complemento de atención continuada por prestar servicios en sábados, domingos y festivos, una iniciativa compensatoria que hasta ahora no existe.
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