Silva celebra el gol que consiguió el pasado octubre frente al Salamanca UDS. J. Martín (G. Segoviana)

Juan Silva, defensa de la Gimnástica Segoviana

«Todos me ven como lateral ofensivo, pero soy mejor defensor que atacante»

El defensa que ha dado la talla en su estreno como central echa raíces en el club en apenas dos años: «Me siento uno de los veteranos, es un orgullo»

Domingo, 16 de noviembre 2025, 09:59

En una temporada en la que la Gimnástica Segoviana ha cambiado media plantilla, Juan Silva ha asumido la tarea de legar a los recién llegados ... el vestuario que le enseñaron a él cuando llegó hace apenas dos temporadas y casi un tercio de la tercera, un lapso que en su caso parece mayor. «Me siento uno de los veteranos porque sé cómo funciona el club. Es un orgullo, la verdad». Es el siguiente capitán sin brazalete. El ejemplo de tanto jugador foráneo que echa raíces como Adrián Pérez o Javi Borrego, se repite en el lateral derecho que se ha destapado como central, una posición que solo había catado una vez. Hoy recibe a las 17:00 horas al Langreo.

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«Por suerte, he caído de pie en la ciudad. También ayuda mucho involucrarte en el club, en el fútbol base. Ahora como estoy entrenando con las chicas paso mucho tiempo viendo a los equipos». Su fractura de peroné, el 13 de abril, le sacó en la práctica del mercado de Primera RFEF, destino de compañeros que dieron un nivel homologable al suyo en su estreno entre los 82 mejores equipos de España. «El mes y medio de competición que quedaba fue muy malo porque te ves incapaz de ayudar. Solo puedes dar ánimos, da rabia. Obviamente, no me iba a salir nada en el mercado. Contento con seguir aquí un año más». Un mal momento en el que la Segoviana, fiel a su idiosincrasia, estuvo a la altura. «El club me ofreció renovar, ya antes de operarme había muchas conversaciones avanzadas. A no ser que llegase una oferta estratosférica, yo iba a renovar». Y se lo agradece al presidente, Agustín Cuenca, cuando aún no sabía quién sería el entrenador. «Eso son cosas que no se pagan». Por eso hizo todo su proceso de rehabilitación en Segovia.

«Yo me siento un jugador de Primera RFEF, más cuando la has tocado y ves que puedes competir»

Un descenso que no pudo evitar y la cuenta pendiente de volver a esa categoría. «Yo me siendo un jugador de Primera RFEF, más aún cuando la has tocado y ves que puedes competir de tú a tú a cualquiera. Pero hay cosas que suceden porque tienen que suceder. Yo tuve una lesión y los equipos no esperan por nadie. Hay muchísimos jugadores muy buenos que van a estar preparados desde el primer día». Un percance que ratifica su lealtad. «El equipo descendió, igual yo tengo que estar en Segunda RFEF».

Nuevo contexto y nuevo entrador, Iñaki Bea. «Con Ramsés [Gil] éramos de tener un orden táctico, sobre todo en presiones y en salidas. Con Iñaki tenemos un poquito más de libertad», algo que ha asimilado bien. «El fútbol de ahora depende mucho de la decisión del jugador. Es un fútbol más simple en la iniciación, no nos complicamos atrás, queremos el balón lejos de nuestra portería». Una rutina algo más relajada, en parte porque esta categoría sí perdona errores. Y que le ha permitido volver a sus orígenes. «Aquí todo el mundo me ha conocido como un lateral ofensivo, todo el rato subiendo y bajando, llegando a área, pero soy mejor defensor que atacante. Ramsés me pedía ese papel ofensivo y, sin embargo, Iñaki me ha puesto de central».

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«Por suerte, he caído de pie en la ciudad; ayuda involucrarte en el club, en el fútbol base»

En sus primeras conversaciones, Bea le dijo que estuviera preparado para jugar en los dos laterales y de central, aunque no le dio más importancia. «Cuando calientas, si te dicen que de delantero, pues allá que vas». Empezó la temporada como suplente, con Iker en el lateral derecho. «Es difícil de gestionar para la cabeza, ya sabes cómo somos los futbolistas con los egos, tú siempre piensas que debes ser titular. También viene bien para aprender». Lo de central empezó en el partido de pretemporada contra el Majadahonda y tuvo ecos después. Hasta que fue titular en Soria ante el Numancia. Tuvo alguna experiencia en el fútbol base, pero como adulto solo recuerda unos minutos con el Palencia Cristo y un partido contra el Navalcarnero en enero de 2024, con una sangría de lesiones. Admite que su nivel le ha sorprendido. «Tienes mucho campo y aprender a defender a un delantero. Todavía me cuesta, pero cuando hay velocidad, me siento muy cómodo, no tengo problema en desplazarme hacia los lados para cortar los balones».

Sin conocer su trayectoria, podría pasar por un central de toda la vida. «Todo el mundo me lo ha dicho y eso te da alegría». Una tarea muy expuesta en un equipo que arriesga mucho arriba. «Quedamos muchas veces en situaciones tres contra cuatro que son súper difíciles de defender». Él esgrime de central fortalezas como la velocidad y la anticipación frente a carencias en el cuerpo a cuerpo o el salto. «Cuando no tienes el balón tienes que estar muchísimo más concentrado. Lateral es más diversión y central es más responsabilidad». Ya volvió a sus orígenes el sábado en Santander, pero tiene los dos trajes listos. ¿Central o lateral? «No sé», sonríe. «Soy jugador de la Sego, no te puedo decir más. Lo que quiera el míster».

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Una misión que ha llegado en su momento de madurez. «Aunque parezca que tengo 33 años, tengo 27. Los años que llevo en el club, el papel que he tenido, te hace dar un paso hacia adelante a nivel de responsabilidades. Me he sentido preparado». En un panorama actual con periplos cada vez más cortos, no resta valor a su estancia en Segovia. «Parece que no, pero tres años en el fútbol son una eternidad». Por eso tiene la espinita de devolver al club a la categoría perdida. «Ya no solo por responsabilidad, sino porque es preciosa. Que te metan 6.000 o 7.000 personas en cada campo es una barbaridad, te sientes más futbolista de lo que eres en Segunda RFEF. No me impongo que sea el ascenso directo, no me gustan esos cánticos de «sí, joder, que vamos a ascender» porque no hay que estar ni tan arriba cuando va bien la cosa ni tan abajo cuando va mal. Cuando llegue abril o mayo va a ser inevitable hacer los cálculos, ahí va a ser más real, pero de momento hay que centrarse en sacar los tres puntos para llegar bien a la carrera final».

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