Los universitarios copan los alquileres en Segovia: «No llegamos ni a anunciarlos»
Las inmobiliarias reconocen «una tormenta perfecta» por la escasez de oferta, la alta rentabilidad y el temor a la okupación de los propietarios
Es la odisea de cada verano. Los estudiantes que han sido recientemente admitidos en universidades con sede en Segovia capital cumplen varios días de peregrinaje ... por las agencias inmobiliarias en busca de un piso o habitación para alquilar. Faltan todavía unas semanas para el comienzo del curso, pero el tiempo apremia en algunos casos en los que encontrar una vivienda disponible para arrendar se ha convertido en misión imposible. «Tenemos listas de espera muy amplias, es un problema horrible; si no ponen alguna solución, no va a haber alquiler», vaticina de cara al futuro próximo el presidente de la Asociación Segoviana de Empresas Inmobiliarias, Gonzalo Marina.
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Los universitarios copan la demanda de los alquileres existentes en la ciudad. Las visitas a pisos han sido constantes desde finales de la primavera, aunque se han disparado estos últimos días tras la asignación de plazas de forma definitiva a los aspirantes a cursar un grado tanto en el campus María Zambrano de la Universidad de Valladolid (UVA) como en IE University. Esto ha supuesto una merma de las plazas que salen al mercado, lo que lleva a muchos interesados a buscar alojamiento por otras vías, como son los propios centros académicos, redes sociales o a través del boca a boca. Otros han apostado por reservar habitación en una residencia e, incluso, descartar la opción de residir en la capital.
El presidente de las inmobiliarias de Segovia calcula que 6.000 universitarios llegan a la ciudad en cada nuevo curso académico
Segovia vive una «tormenta perfecta». Hay una demanda excesiva para tan poca oferta. Marina calcula que cada año se hospedan en la ciudad alrededor de 6.000 universitarios (unos 3.500 alumnos pertenecen a IE mientras que alrededor de 2.500 son de la UVA), los cuales monopolizan el mercado de alquiler. Todo ello cuando cada vez hay menos pisos disponibles para arrendar. Tan solo desde la pandemia se han perdido más de 200 viviendas, pese a las continuas rehabilitaciones de inmuebles muy antiguos que ejecutando los inversores en el casco histórico.
Un estudio elaborado por el portal especializado Idealista revela que el 'stock' de viviendas en venta en la capital segoviana ha caído un 45% en el último año, lo que supone el mayor desplome del país. Apenas hay nuevas promociones de bloques o urbanizaciones en construcción y el futuro inmobiliario se aleja cada vez más del recinto amurallado. «Va a ir más por la zona de la plaza de toros y hacia La Granja», considera el representante del gremio. Ante esta tesitura, los ciudadanos se ven obligados a buscar un alquiler al no poder adquirir un inmueble para destinarlo a residencia habitual. Son familias inquilinas que entran a competir directamente con los alumnos universitarios e incluso con funcionarios y trabajadores temporales en la carrera por encontrar un hogar.
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Lograr este objetivo no es una tarea fácil. «Hay muy poca oferta y lo que sale, no llegamos ni a anunciarlo; llamamos al primero que tenemos en la lista de reservas y se lo quedan», aclara Marina. Es una realidad que él mismo ha podido comprobar en primera persona. «Esta semana me ha salido un piso por la mañana y por la tarde ya me lo habían quitado», relata. No hay siquiera tiempo para reflexionar y comparar diferentes opciones, lo que ha llevado a muchos estudiantes a pagar también los meses de verano -y no solo del curso lectivo- para no perder un piso a buen precio.
Contratos temporales
No obstante, los propietarios cada vez tienen mayor preferencia por firmar contratos de alquiler temporales, sobre todo a raíz de la entrada en vigor de la nueva ley de vivienda, según especifica el portavoz de las inmobiliarias. «La gente tiene mucho miedo a que se meta alguien en un piso, que deje de pagar y que por temas de vulnerabilidad no puedas echarle nunca», subraya. Es un temor que se une a la mayor rentabilidad que se consigue con el alquiler a estudiantes, que aumenta aún más si el arrendamiento es compartido, es decir, por habitaciones. «Prefieren antes a los universitarios que a las familias, saben que con ellos no corren ningún tipo de riesgo en relación a los impagos y okupaciones», resume Marina.
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La ley de la oferta y demanda dispara los precios. Segovia es la provincia donde más compensa sacar al mercado de alquiler una vivienda, ya que el precio metro cuadrado, que ronda los doce euros, se sitúa en máximos históricos. «Es la pescadilla que se muerde la cola». Pero eso no siempre es un obstáculo para los inquilinos, que se dividen en dos tipos según el estudiante. Por un lado, el representante del sector se refiere a los que están matriculados en IE University, que generalmente buscan el «lujo puro y duro». «Tienen dinero suficiente para pagar barbaridades por habitaciones, que suelen ser grandes y con baño incluido», reconoce. Hay estudios individuales de apenas unos 25 metros cuadrados de superficie con todas las comodidades que superan con creces los 1.500 euros al mes. «A esa gente le puedes pedir lo que quieras porque, si el piso es bueno y de calidad, te lo va a pagar», declara.
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Por otra parte, están los universitarios de la UVA, que precisan de ofertas más económicas, aunque no han podido esquivar también el fuerte encarecimiento que han experimentado los alquileres en los últimos años. El vicerrector del campus María Zambrano, Agustín García Matilla, se ha pronunciado en varias ocasiones ante la dificultad que supone a muchas familias poder hacer frente a estos elevados gastos de vivienda. «Son pisos normales de tres dormitorios con un baño», indica Marina. La habitación en estos inmuebles cuesta entre 300 y 400 euros.
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Mientras que el catálogo de alternativas cada vez es más reducido, los centros académicos atraen con el paso del tiempo a más estudiantes. «Hay que pensar que estas universidades van a estar aquí toda la vida, por lo que hay que buscar una solución al alquiler: la cosa está muy fastidiada», confiesa el presidente de las inmobiliarias en la provincia de Segovia.
Los beneficiarios de ayudas al alquiler en Segovia aumentan un 40% en dos años
El encarecimiento del alquiler en Segovia ha provocado que muchas familias necesiten subvenciones públicas para poder afrontar la renta mensual. Los beneficiarios de ayudas para el arrendamiento de vivienda convocadas por la Junta de Castilla y León se han disparado un 40% en tan solo dos años, al pasar de 957 en 2022 a 1.328 en 2024, según refleja la última resolución publicada. El importe destinado por la Administración regional a reducir el esfuerzo económico que los segovianos deben realizar para pagar el alquiler asciende a más de tres millones de euros, lo que representa un 6,3% del presupuesto total que se ha destinado en la comunidad autónoma. Más del 60% de los solicitantes que han cumplido los requisitos son mujeres y casi un 30%, jóvenes menores de 36 años.
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