Bloque de viviendas de La Albuera. Antonio de Torre

En torno al 85% de los edificios pasa el examen, aunque haya defectos

«Es muy importante que, igual que hacemos una inspección del automóvil, lo hagamos con nuestro edificio», dice el presidente del Colegio de Arquitectos de Segovia

Lunes, 15 de septiembre 2025, 13:58

La Inspección Técnica de Edificios evalúa la seguridad, desde su conversación a su estado estructural o de salubridad, mientras que el Informe de Evaluación de ... Edificios, que va un paso más allá, suma aspectos como la eficiencia energética o la accesibilidad y acredita para solicitar ayudas en ellos. Castilla y León cuenta con un documento único que abarca ambos. «Es muy importante que igual que hacemos una inspección periódica de nuestro automóvil lo hagamos con nuestro edificio», subraya el presidente del Colegio de Arquitectos de Segovia, Alberto López. No hay que tener miedo al trámite, pues la ratio de aprobados es del 85%. «En general, hay defectos que no hacen que la inspección sea desfavorable». Como con el coche: faltas subsanables a la espera del siguiente examen. «Es una herramienta muy útil para decidir a qué dedicar el dinero de las cuotas».

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Igual que la ITV pone el bisturí en las ruedas o en las luces, la ITE detecta «patologías» de todo tipo. «Las comunidades de propietarios se preocupan de mantener sus edificios. En general, están bastante bien». Los habitados, matiza López. «Por el mero hecho de usarse, los usuarios se ocupan de ellos. Esto es normal. Los que nos encontramos en peor estado son los deshabitados». Los primeros suelen presentar problemas de agua –cubiertas, canalones, sumideros, terrazas o patios mal impermeabilizados– que provocan humedades y daños a las estructuras de madera. Las manchas que luego se secan en las escayolas o yesos pueden producir salitre. Los que han sido poco mantenidos son más proclives a daños estructurales, aspectos que ponen en peligro la seguridad del edificio, de sus habitantes o su salubridad.

Otras patologías están relacionadas con la falta de aislamiento térmico, más susceptible de aparecer en edificios construidos con calidades pobres. López describe los levantados antes de 1970, con malas carpinterías o espesores de fachadas. «Con el frío y el calor, se producen condensaciones en el interior y aparecen humedades y mohos». Luego están las relacionadas con la falta de mantenimiento en elementos de calefacción como chimeneas, calderas o depósitos de gasóleo que han dejado de usarse porque se han sustituido por gas. Quizás la oveja negra del edificio sea el garaje, por no ser una parcela habitada. «Se mantiene menos, pero tiene muchos temas de ventilación».

La accesibilidad, una carencia actual que no se contemplaba cuando muchos edificios fueron levantados, aparece generalmente en las inspecciones como mejoras. Barreras como peldaños o rampas: las que no se han hecho o las que se han hecho mal. Ascensores que no son del todo accesible o inmuebles que no lo tienen. Otra mejora son los recubrimientos externos o internos para mejorar la calidad térmica. Aspectos de conservación como las tejas que se mueven. «Requieren un mantenimiento importante cada diez años». La normativa se limita a exigir la ITE en edificios de más de 20.000 habitantes. «Se debería hacer para todos, pero la ley entendió que en el medio rural había que ser más permisivos». Un pequeño limbo: aunque la realidad dice que los inmuebles de los pueblos son de menor altura, también hay edificios vetustos con los mismos riesgos.

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