Toledo, con menos trenes, multiplica por nueve los madrileños acogidos con respecto a Segovia
Guadalajara es la provincia limítrofe con Madrid que dispone de más conexiones ferroviarias gracias a la línea de cercanías
Toledo lidera, y por varias cabezas, la captación de madrileños que fijan su residencia en provincias limítrofes. Legiones de ciudadanos que buscan escapar del estrés ... de la capital de España o de los grandes núcleos de población e industriales que se expanden al otro lado de la sierra de Guadarrama. La opción del teletrabajo se ha unido a la cercanía y a las buenas y fluidas comunicaciones como los motivos que animan a la diáspora.
Según la información sobre migraciones entre territorios nacionales recabada y hecha pública por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023, último año del que se conocen datos, 18.457 madrileños se asentaron en tierras toledanas. Nueve veces más que los que eligieron Segovia como destino. Esta provincia manchega tiene la particularidad de que la capital, con 86.526 empadronados, aloja solo al 11,4% de toda la población toledana, que asciende a más de 752.700 personas.
En 2024, viajaron en la línea Valladolid-Segovia-Madrid 2,8 millones de usuarios, unos 750.000 más que en la de Toledo
Esta singularidad da una idea de que hay municipios, no pocos, de un tamaño muy superior a los pueblos que salpican la geografía segoviana. Solo Talavera de la Reina, por ejemplo, cuenta con 84.738 vecinos censados, lo que supone más de la mitad de todo los habitantes de la provincia de Segovia. La ciudad del Acueducto, en cambio, acapara uno de cada tres residentes en las 209 localidades que conforman el territorio segoviano.
La proximidad -57 kilómetros separan Toledo de Madrid- también ayuda a la elección para establecer su domicilio, por no hablar de los crecimientos experimentados en determinados núcleos a golpe de ladrillo y nuevas urbanizaciones que han ampliado el parque inmobiliario disponible.
Récord con un pero
Todos estos factores explican un récord, el conquistado por la línea de alta velocidad ferroviaria que une Valladolid, Segovia y la capital madrileña. En 2024, este fue el corredor más utilizado en España, con más de 2,8 millones de pasajeros, lo que representa un incremento superior al 4% con respecto al año anterior. Más de 3.000 segovianos cogen cada jornada alguno de los trenes Avant que les llevan a Madrid y Valladolid. En su inmensa mayoría, trabajadores y estudiantes.
Al no haber tanta oferta laboral y residencial como la que brindan Toledo o Guadalajara, son más necesarios y frecuentes los viajes diarios, también por carretera, ya sea en los autobuses de la concesionaria de este tipo de transporte o en coches particulares. No hay que dejar pasar el hecho de que la provincia alcarreña atrajo, hace dos años, a casi 7.200 ciudadanos procedentes de la Comunidad de Madrid que establecieron su domicilio en este lugar, tres veces más que los que se asentaron en tierras segovianas ese mismo curso.
La conclusión que se extrae de los movimientos de migraciones interprovinciales del INE y del uso del transporte es que Toledo y Guadalajara han acogido madrileños que se han convertido en nuevos vecinos no solo porque viven allí, sino porque también desempeñan su labor profesional allí, ya sea mediante la fórmula del teletrabajo o presencialmente en empresas y centros ubicados en estas provincias.
38 Avant entre la ida y la vuelta
Las conexiones disponibles por parte de Renfe, la utilización que se hace de ellas y los bonos que aglutinan dan cuenta de la demanda de cada línea. Los segovianos, que piden mejores y más frecuencias, adecuadas a los horarios de entrada y sobre todo de salida de los trabajos y universidades madrileñas, tienen 19 servicios Avant de ida y otros tantos de regreso, a los que hay que sumar otras opciones más caras como los once Alvias que hacen escala en la estación de Guiomar en sentido Chamartín y otros tantos que circulan hacia el norte y el oeste de la península y que también paran en Segovia. La duración más normal del trayecto, siempre que no haya retrasos, es de entre 27 y 28 minutos.
Toledo, por su parte, cuenta con menos opciones de trenes Avant para quienes se desplazan de manera recurrente a Madrid. La oferta de la operadora Renfe consta de quince servicios para ir y otros tantos para volver. Los usuarios están un poco más de tiempo en los convoyes, ya que el recorrido se hace en 34 minutos en la inmensa mayoría de los horarios. El precio, por cierto, es el mismo si se contrata ida y vuelta: 11,10 euros por viaje.
Sin embargo, la organización de las frecuencias entre la capital de España y Toledo parece más adecuada. Es la segunda línea más empleada del país. En 2024, se montaron 2,05 millones de viajeros. Es decir, unos 750.000 menos que los que se desplazaron en los Avant entre Valladolid, Segovia y Madrid, y viceversa.
Por las tardes, en jornadas laborables, hay un Avant que sale hacia Toledo cada hora. Parten a menos cuarto, desde las 13:45 hasta las 20:45 horas. Para retornar a Segovia, hay huecos en los horarios que la Asociación de Usuarios pide cubrir con algún trayecto más para evitar esperas y los colapsos en tren que sale de Chamartín a las 15:40. La supresión del que partía a las 14:43 fue un palo.
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Otra de las diferencias entre los Avant de Toledo a Madrid con respecto a los que cubren la línea de Segovia con Valladolid y la capital del país se da a primera hora de la mañana. El tren más madrugador de los que salen de la estación toledana parte a las 6:25 horas. Hasta antes de las ocho de la mañana, hay cuatro frecuencias. Los viajeros segovianos van más rezagados, ya que el primero de la jornada sale a las 7:00 horas. Antes de las ocho hay un Avant menos que en la oferta de Toledo, y eso que la duración del desplazamiento es entre siete y ocho minutos más corta.
Por otra parte, Guadalajara disfruta de una línea de cercanías ferroviarias que la une con Madrid, lo que se traduce en una disponibilidad de trenes más amplia. Cerca de medio centenar de servicios diarios enlazan la ciudad alcarreña con la capital de España, y viceversa. Eso sí, el trayecto es más largo: una hora y dos minutos hasta la estación de Atocha. También empiezan a circular antes que en Toledo y, por supuesto, que en Segovia. Antes de las ocho ya han transitado una docena de convoyes.
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