Titirimundi hace balance con un ligero descenso de espectadores
La organización considera que las casi 43.000 personas que han pasado por el festival muestran las ganas de títeres en Segovia
El Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia Titirimundi terminó el pasado domingo con un balance de 42.850 espectadores, una cantidad ligeramente inferior a la que se registró en la edición de 2024. Para la organización, la cifra refleja «el éxito y las ganas de títeres» a pesar de las tormentas y aguaceros durante varias jornadas del festival. Catorce fueron las funciones que tuvieron que ser canceladas (ocho en patios y seis de calle).
«A pesar de todo, y siendo también positivos con el fin de semana, en el que brilló el sol y se disfrutó de las buenas temperaturas, nos sentimos muy satisfechos tanto por los resultados en cifras como por la gran acogida por parte del público, que ha sabido gozar de cada espectáculo», explica la directora, Marián Palma. «Las compañías siguen cambiando sus giras internacionales para estar aquí y para dar lo mejor, avalando la trayectoria sólida de un festival de títeres que se ha convertido en uno de los más prestigiosos del mundo«, añade.
Más de 6.000 personas han asistido a las 200 funciones de espectáculos de interior, mientras que otras 7.300 pudieron ver actuaciones en la pequeña carpa instalada en el Patio de Abraham Senior. Pero los títeres cubrieron las calles con un público que se agolpó en las plazas e intentando encontrar un hueco para disfrutar de la variedad de espectáculos. En total 21.300 espectadores asistieron a los diferentes montajes en puntos como la Plaza Mayor o la plaza de San Martín.
Titiricole
Además, «Titiricole cumplió 26 años haciendo soñar a los niños«. También volvieron los autobuses con 5.500 alumnos de distintos colegios para convertirse en espectadores de 37 funciones escolares de montajes. «Es un gusto ver en los rostros de esos niños la ilusión», expresa la directora del festival. Los talleres de construcción de títeres para niños, este año instalados a los pies de la plaza de San Martín, se llenaron de niños que querían aprender a crear títeres con sus manos.
La labor social de Titirimundi, siempre fuera de programa y dirigida a un colectivo delicado que no puede acercarse a los espacios habituales, continuó este año tanto en la planta de tratamientos crónicos de pediatría de un hospital y residencias de ancianos, como en centros penitenciarios y centros de atención de personas con discapacidades psíquicas y físicas. Especialmente emocionante, según la organización fue la función de La Malette en La Cárcel de Segovia, donde tanto personal funcionario como presos disfrutaron de una velada difícil de olvidar. En total, 1.200 personas pudieron disfrutar de la magia de los títeres.

Además, las redes sociales del festival también han ardido. La página web de Titirimundi recibió más de 21.000 visitas durante este periodo y el impacto mediático «ha sido positivo, especialmente en radio y televisión, tanto en medios locales como nacionales».
314 funciones
Este año han sido 40 las compañías, 34 de ellas en Segovia, que han llevado a cabo 314 funciones en 29 espacios de la ciudad. «Todas las compañías han mostrado su agradecimiento a un festival que valoran por ser escuela itinerante de titiriteros, el buen ambiente que se genera y la complicidad entre público y artistas», añade satisfecha Palma.
Además, 54 pueblos de Segovia disfrutaron del festival gracias al apoyo de la Diputación Provincial de Segovia. En su gira, con 53 funciones, Titirimundi también llegó a 14 ubicaciones: Barañáin (Navarra); Burgos, Candeleda (Ávila), León, Palencia, Salamanca y Zamora (Castilla y León); Centro Comercial Arturo Soria Plaza, Guadarrama, Móstoles, Museo Lázaro Galdiano, Quinta de los Molinos, Soto del Real y Teatro de Títeres de El Retiro (Madrid); y Redondela (Pontevedra). Un total de 489 funciones en una 39 edición en la que el Carrusel d'Andrea, que ha hecho disfrutar a cientos de niños, y que se despide de Segovia este domingo.
«Habitualmente el muñeco de guante demuestra su alegría dando palmas y sube el nivel de entusiasmo añadiendo el vaivén de las caderas», cuenta Paco Paricio (Titiriteros de Binéfar) en su libro Los secretos del titiritero, presentado en Segovia el pasado Titirimundi. «Desde la organización mostramos esa alegría y damos las gracias al público, que siempre está atento a jugar con nosotros como los actores juegan debajo de sus retablillos, o de frente a él mostrando la vulnerabilidad y desnudez de las emociones«, concluyen.
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