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El fallecimiento inesperado del fiscal general del Estado, José Manuel Maza, ha conmocionado a la sociedad segoviana. Aunque nacido en Madrid, el jurista mantenía una gran vinculación con la ciudad y la provincia. De hecho, tenía residencia en la capital aunque su trabajo le tuviera más tiempo fuera que en Segovia.
La noticia de la repentina muerte del magistrado en Buenas Aires ha sido especialmente dolorosa para el Colegio de Abogados. Su decano, que desde el pasado marzo también preside el Consejo de la Abogacía de Castilla y León, ha expresado las condolencias y el pesar del órgano profesional a los familiares, amigos y compañeros de Maza. «Estamos impactados, nos hemos conmocionados porque era una persona muy querida en el Colegio», ha manifestado Julio Sanz Orejudo.
Aunque el trato era más profesional que personal, el responsable de la abogacía regional y segoviana alaba la cercanía del fiscal general del Estado y su predisposición a colaborar siempre que pudo con el Colegio, como en unas jornadas sobre la personalidad jurídica «de las que los asistentes salieron encantados de escucharle». También colaboró en más actividades, como cuando fue jurado del III Premio Jurídico Internacional-Memoria.
Sanz Orejudo destaca la «relación de mucha afectividad» de José Manuel Maza con los abogados. En su caso, recuerdo con especial agradecimiento cuando el fiscal general del Estado le acompañó en su toma de posesión como presidente del Consejo Regional.
El letrado subraya que José Manuel Maza «se sentía segoviano por los cuatro costados». Es más, el decano recuerda cómo el fallecido presumía de la ciudad del Acueducto y contaba entre chanzas que «el segoviano de pata negra era él» en referencia a la presencia de personalidades segovianas llegadas al Supremo, como Cándido Conde-Pumpido o más recientemente Andés Palomo.
«Gracias a esa relación tan cordial, siempre tenía el teléfono abierto para cualquier cosa que necesitábamos», añade el decano de los abogados. Aunque la desgraciada muerte de Maza llega apenas un año después de su nombramiento como fiscal general del Estado, ha sido tiempo suficiente para haber establecido «una relación muy fluida» con el Colegio.
Sanz Orejudo insiste en recordar a José Manuel Maza como una persona que «siempre respetó mucho a la abogacía sabiendo que era la infantería en el sistema judicial». Siempre «estuvo dispuesto a colaborar desinteresadamente y defender la labor de los abogados», además de destacar por su «enorme inteligencia profesional».
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