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Alberto Allas. El Norte
Un segoviano en Milán: «Si miras los partes de guerra, no vives»

Un segoviano en Milán: «Si miras los partes de guerra, no vives»

Fisioterapeuta de profesión, Alberto Allas se mantiene al margen de las cifras del coronavirus en Italia y tranquiliza a su familia

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Lunes, 23 de marzo 2020, 11:22

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La última visita de Alberto Allas a un supermercado de Milán fue el martes: no había café en casa y no puede vivir sin él. La última cita que dio en su clínica de fisioterapia fue el 10 de marzo. Este segoviano y su esposa se reparten los cuatro paseos que Golfo, su perro de 18 años, da cada día. El confinamiento italiano empezó a principios de mes, se extenderá más allá de 3 de abril y muchos hablan de que incluirá todo mayo en un país que sigue marcando nuevos récords, con más de 4.000 nuevos casos de coronavirus y más de 400 muertos cada 24 horas.

Alberto, de 37 años, estudio fisioterapia en Soria. Cuando estaba terminando la carrera, habló con otros amigos para hacer una experiencia en el extranjero, un Erasmus laboral. Empezó a hacer los documentos, pero se quedó solo y llegó a Milán en octubre de 2008. «Era uno de los países que más fisioterapeutas contrataban. Reconocían bien la profesión y te acogían». Encontró trabajo gracias a una cooperativa que contrata personal sanitario para ancianos o centros de rehabilitación. En 2016 abrió su propia clínica.

Antes del confinamiento, Alberto trabajaba con mascarilla y recuerda el reto de prevención, desde limpiar cada zona que haya podido tocar el paciente hasta la imposibilidad de respetar el metro de distancia en su profesión. En los días previos al cierre de Lombardía, buscó mascarillas y geles desinfectantes para una conferencia sobre el intestino que quería dar, pero no hubo manera. Positivo por naturaleza, su papel era apaciguar el miedo de sus familiares en España; sus padres viven en Trescasas y sus hermanos, en Cantalejo. «Al principio no se vivía tan mal. Yo seguía trabajando, no era tan grave como se decía en España. Las primeras semanas he tenido que tranquilizar mucho a la familia».

Ya confinado, es Golfo, un perro que acogieron tras 11 años con una familia de Cáceres, quien le permite salir a la calle. Casado con una italiana, vive en las afueras de Milán y está dispuesto a atender a pacientes si la urgencia es digna de ese nombre, pues todo desplazamiento debe ser certificado. Hace el ejercicio que puede en casa y escribe un blog junto a otros compañeros en el que reflexiona sobre la situación. «Esto va a tener más consecuencias a nivel psicológico que físico. Cuando obligas a las personas a estar encerradas, les privas de una libertad». Y apela a convertir la circunstancia en una oportunidad. «Nos daremos cuenta de que nos hemos vendido a un sistema que nos deja poco margen para la parte espiritual. Mucha gente vivirá crisis existenciales. Es el momento de reflexionar, de leer libros, de descansar. Es una oportunidad para crear un mundo mejor».

Alberto intenta mantenerse ajeno al recuento de infectados y fallecidos. «Intento mirar lo menos posible estas cosas. Si estás detrás de estos partes de guerra, no vives».

El balance en la sociedad italiana es que la falta de medios sanitarios no es casual. «Está saliendo a relucir la política de austeridad neoliberal y los recortes en sanidad pública». Cree que el gobierno italiano «no ha sabido comunicar bien el problema» y está preocupado por los efectos económicos. Se habla de una ayuda de 600 euros mensuales a autónomos, pero con eso apenas se paga el alquiler de la clínica.

Alberto relata las fallas en la política de distanciamiento. «En Milán han decidido poner menos medios de transporte. El problema es que cada vez que pase un autobús, se llena. La gente no espera al siguiente». Pese a que Italia ha registrado vulneraciones al confinamiento, observa una mayor disciplina.

Ante un confinamiento aún incierto, aconseja tutoriales de ejercicio. «Hay muchísimas cosas que se pueden hacer, cada uno a su nivel, como yoga o pilates». Y lanza un mensaje nutricional. «Es importante tener un sistema inmunológico fuerte y para eso es importante integrar vitaminas, sobre todo la C. No previene el virus, pero tiene una defensa más fuerte. Hidratarse bien, comer lo más sano posible, no beber alcohol y no fumar».

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