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La Sego rescata un punto tras otro atasco en ataque
Josep Jaume marca en el 95 para empatar un encuentro que el Atlético Astorga tuvo en el bolsillo con un gol en el minuto 92
La Gimnástica Segoviana recordó este domingo que el fútbol es un ejercicio de interpretación. Lo que en el minuto 90 era un empate con sabor ... a derrota ante un recién ascendido acabó siendo cinco minutos después un punto ganado. Porque David Álvarez marcó en el segundo minuto del descuento el primer gol visitante en La Albuera tras 630 minutos de fútbol, culminando una contra con un disparo inmisericorde desde el punto de penalti. Donde otros verían una derrota segura, los azulgranas replicaron y empataron en el 95' con un cabezazo medido de Josep Jaume, que se anticipó al primer palo y la arqueó a gol, el premio a la enésima falta lateral. Hasta dio tiempo a oler la remontada con el último tiro lejano de Fer Llorente. Con todo, las tablas reducen a dos puntos de ventaja en el liderato frente al filial del Real Oviedo B, segundo.
Segoviana
Postigo, Iker, Josín, Josep Jaume, Silva, Fer Llorente, Diego Campo, Pau Miguélez, Ivo, Ayán y Marc Tenas.
1
-
1
Atlético Astorga
Llamazares, Peláez, Manso, Lopes, Ceinos, Ivi Valles, Cabral, Alberín, Ayub, Álvarez y Mario Sánchez.
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Cambios Segoviana: Álex Castro por Ayán (min 59), Javi Borrego por Ivo (min 59), Samu Manchón por Silva (min 76), René por Iker (min 76) y Rodri Ibañes por Diego Campo (min 88)
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Cambios Astorga: Nistal por Ivi Valles (min 61), David Álvarez por Ayub (min 72), Cervero poro Mario Sánchez (min 83) y Ribeiro por Álvarez (min 83).
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Goles: 0-1 David Álvarez (min 92) y 1-1 Josep Jaume (min 95).
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Árbitro: Leandro Carbajales. Amonestó con amarilla a Pau Miguélez y Diego Campo por la Segoviana; a Manso y Peláez por el Astorga.
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Otros datos: La Albuera. 1.892 espectadores.
Iñaki Bea mantuvo un dibujo continuista respecto a la victoria en Coruña, consolidando la idea de romper la dupla de dos delanteros a cambio del dinamismo de Pau Miguélez desde la banda. Volvió al once Ayán, titular fijo en las primeras jornadas antes de caerse por una rotura muscular. Silva hizo de comodín para ocupar esta vez el lateral izquierdo ante las molestias de Rubén en la pierna derecha. Lo demás, muy reconocible, con la excepción de Ivo como media punta a cambio de rotar a René, esta vez suplente. La prueba de que estos dos viejos rivales llevaban años sin verse fue el regalo protocolario, una figura del Acueducto para los maragatos, que años atrás traían cajas de mantecados como obsequio para la grada.
Como otras tardes, la Segoviana salió sin prisa y fue el Astorga quien protagonizó los primeros acercamientos. El de Ayub, que recibió un pase raso por el costado izquierdo del área, terminó regateando más de la cuenta y no encontró el espacio para un disparo nítido. A la siguiente, Albertín se revolvía por la derecha y forzaba el primer córner, sin consecuencias. Más peligro tuvo el pase en largo al nueve, Mario Sánchez, que aprovechó el paso hacia delante de más que dio Josep Jaume, pero no tuvo ni la velocidad para hacer valer su ventaja hacia el mano a mano ni la solvencia para hacer los apoyos antes del disparó. Así que lo que prometía ser una ocasión de mucho voltaje acabó en un disparo fuerte, pero sin intención, justo a los pies de Postigo, que solo tuvo que hacer el gesto con los pies para repeler el esférico.
El paso de los minutos dio a la Sego el control posicional, por mera inercia. No es fácil quitar el balón a un mediocentro tan solvente con la posesión como el que forman Diego Campo y Fer Llorente, máxime con Ivo en la media punta. Tras la primera combinación de cierta duración, fue este último el que buscó a Marc Tenas con un pase raso hacia el punto de penalti que cubrió bien el central Lopes y la atenta salida de Llamazares, un meta solvente que instantes después atajaba un centro de Ayán. Su primer compromiso de verdad se lo dio Campo, que enganchó de primeras un balón suelto desde el balcón del área: un tiro fuerte y con cierta intención, que buscaba por raso el palo derecho. Lo salvó con una buena estirada.
Miguélez empezó por la derecha y Ayán por la izquierda, ambos fuera de su perfil de confort, un papel que intercambiaron en el ecuador del primer acto. Una versatilidad que buscaba dar quebraderos de cabeza a una defensa sólida en bloque bajo, con sus líneas bien pegadas para evitar la grieta del pase interior. El precio por ello era embotellarse, obligando a la Sego a pegar pelotazos al frontón. Así lo hizo Tenas, el atacante que queda por marcar. Minutos después de cabecear fuera un centro casi imposible de Iker –por altura y por el contacto con los defensas–, enganchó un pelotazo desde los primeros metros del área que no terminó de abrirse hacia la escuadra, permitiendo a Llamazares una estirada salvadora.
Con todo, el Astorga se asomaba sin complejos a la contra cuando se terciaba. Y rozó el bingo en una internada por la izquierda de Álvarez, que cuando llegó al área erró un pase fácil a dos compañeros desmarcados: justo cuando se encendían las luces del campo, se apagaron las suyas. Esa exposición era una invitación para la velocidad de Ayán, que ganó línea de fondo y sirvió un pase de la muerte a Ivo que terminó por neutralizar la defensa. Todavía dio tiempo a que Llamazares le sacase otro tiro desde a frontal a Campo. Así terminó sin goles la primera parte, la norma en La Albuera en los siete partidos disputados hasta la fecha.
La entrada de la noche enfrío la sensación térmica en un tibio regreso de vestuarios. Diez minutos insulsos, de simple relleno, hasta que Pau Miguélez tuvo la más clara, un mano a mano escorado que definió con un tiro raso cruzado que el portero, rápido a su encuentro, tocó lo justo para desviarlo a córner por encima de su larguero. Se empezaron a acumular los córners, motivo suficiente para que Bea volviera a su 4-4-2 de confianza quitando a Ivo y metiendo a Álex Castro para acompañar a Tenas. La pólvora estaba ya en el cañón.
Bea no solo hacía indicaciones a sus jugadores, sino a sus asistentes, como si quisiera hacer visible la diferencia entre su pizarra y la realidad que veía. El Astorga estaba cada vez más en manos de sus antiaéreos, sin las incursiones de la primera parte, pero sin sentir el agua al cuello gracias al paliativo esporádico de sobar un poco la pelota. Buscaba sorprender a balón parado la Sego, bien por la incursión de Silva para rematar un envío pasado al segundo palo o por el disparo optimista de Miguélez desde unos 30 metros que no cogió portería. Pero fue el Astorga el que casi se encuentra con el gol en un córner casi sin ángulo que se estrelló en el primer palo tras un intento fallido de remate.
Así se llegó el último asalto y Bea renunció a la manta que le quedaba, quitando a los dos laterales a cambio de sumar a René a una defensa de tres junto a Josep y Josín. Una apuesta que no terminó de inclinar el campo, mientras el Astorga encontraba en su banquillo piernas frescas para probar suerte a la contra. Gente como Nistal, que tuvo la victoria en una transición que intentó cortar Josep, pero llegó tarde y contactó con el atacante. De dejarse caer, hubiera sido difícil no pitar penalti, pero siguió en pie y su honestidad desembocó en un disparo alto. A la siguiente, en una acción similar, hizo de asistente y desató el caos del descuento. Puñetazos por doquier para el mismo desenlace: un punto por barba.
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