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Pedro Sánchez se hace una fotografía con un turista asiático junto al Acueducto. Antonio de Torre

Sánchez en Segovia: Lluvia de 'selfies', gritos de «¡guapo!» y «¡traidor!» y una corbata de Indonesia de regalo

El presidente del Gobierno en funciones participa en Segovia en un acto con cargos electos del PSOE y militantes

Miércoles, 23 de octubre 2019

La llegada de Pedro Sánchez a Segovia este miércoles ha sido discreta, en contraste con el momento de su marcha, algo más de una hora después, rodeado de cientos de personas junto al Acueducto. El presidente del Gobierno en funciones fue recibido en la plaza de San Martín por la alcaldesa, Clara Luquero, parte de su equipo y la subdelegada del Gobierno, Lirio Martín, pero allí apenas ha habido público. Cuando descendía por la escalinata hacia la Calle Real ha sido increpado por un pensionista, quien a viva voz le ha llamado «inútil» por no garantizar la subida de las pensiones, y la respuesta de Sánchez, que ha girado la cabeza al escucharle, ha aludido a la educación de este hombre. De «traidor» también le han tildado dos mujeres mayores en la Calle Real después del acto celebrado en La Alhóndiga, aunque en el recorrido hacia el Acueducto, donde ha subido al coche oficial para viajar a Salamanca, han sido constantes las voces de «¡guapo!» y «¡presidente!» y las peticiones de estudiantes, mayores y turistas (muchos asiáticos) para hacerse una foto con él, y ha accedido a todas las que han sido posibles.

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Cuando ha llegado, a las 10:30, en San Martín estaban representantes de la plataforma que reivindica una tarjeta sanitaria individualizada para los niños con enfermedades raras. Llevaban una pancarta con su reivindicación de que se les ayude en el copago de medicamentos y también una educación inclusiva, y Sánchez se ha detenido y ha conversado un par de minutos con su portavoz, María de Pablos.

Unos pasos después se le ha acercado una mujer y le ha regalado una corbata «de Indonesia», según ha dicho, y al llegar a La Alhóndiga ha sido recibido con aplausos por varias decenas de militantes y cargos locales del PSOE. En el acto, típico de campaña, el presidente del Gobierno en funciones ha recordado los retos que afronta su partido en las elecciones del 10N, en las que la ciudadanía ha de elegir «entre el bloqueo o el avance» en el Estado del bienestar.

El revuelo ha llegado después, cuando Sánchez ha enfilado la calle Cervantes camino del Acueducto. Aparte de las dos mujeres que le han llamado «traidor» a distancia, la mayoría de la gente que caminaba por la Calle Real se ha detenido para hacerle una fotografía, para pedirle un 'selfie' o para alabarle. Varios turistas asiáticos que subían hacia la Plaza Mayor se han dado la vuelta y le han seguido para tratar de captar su imagen, también muchos estudiantes que se lo han encontrado por sorpresa («pero si es el Sánchez», decían), un padre que le ha pedido hacerse una foto con su hijo de corta edad, más grupos de jóvenes y otros alumnos, probablemente de Secundaria, que le han llamado («¡Pedro!») desde la terraza de Santa Columba y a los que ha saludado de lejos.

El coche oficial le esperaba al otro lado de los bolardos de la Plaza de Artillería. Allí le han despedido el secretario general del PSOE de Segovia, José Luis Aceves, y la alcaldesa. Clara Luquero le dijo antes de que subiera al automóvil: «Pedro, has pasado bajo las piedras del Acueducto, y eso es siempre un influjo positivo». Y Sánchez partió hacia Salamanca.

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