Participantes en la 'rebusca' organizada este fin de semana en Cuéllar. M. Rico
Provincia de Segovia

La 'rebusca' vuelve a Cuéllar para reducir las pérdidas y el desperdicio

Una treintena de personas participan en una acción piloto en la localidad segoviana recolectando productos que habían quedado en el campo

Mónica Rico

Cuéllar

Lunes, 8 de diciembre 2025, 12:55

Una treintena de vecinos y voluntarios de la localidad de Cuéllar, en la provincia de Segovia, se calzó las botas para volver a hacer ' ... rebusca': recoger en la tierra lo que queda tras la cosecha principal. La escena, habitual hace décadas en el medio rural, se recuperó ahora de manera organizada para rescatar alimentos frescos que habían quedado fuera del circuito comercial y, a la vez, para visibilizar el volumen de producto que se pierde a pie de surco. La actividad se planteó como una experiencia piloto dentro de un proyecto estatal contra las pérdidas y el desperdicio alimentario.

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La iniciativa parte de la Fundació Espigoladors, entidad dedicada al aprovechamiento alimentario con una mirada social: reducir lo que se pierde y se tira, pero también acercar a la ciudadanía al origen de la comida y al trabajo de agricultores pequeños y medianos. Su argumento de arranque es conocido pero no menos contundente: alrededor de un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierden o se desperdician. En el sector primario, explican, parte de ese despilfarro se produce antes incluso de salir de la parcela.

Para aterrizar el modelo en la villa se sumaron la Asociación Despilfarro Alimentario y la Fundación Intras, que coordinaron la jornada y el dispositivo de voluntariado. La 'rebusca' no fue improvisada: los participantes acudieron identificados, se dividieron en grupos y siguieron las indicaciones del agricultor local Juan Senovilla, recién jubilado, que ofreció sus parcelas para la recogida. Allí quedaban calabazas y puerros que ya no iban a ir a mercado y que cedió a la acción.

Aunque la comarca ya había vivido heladas, las calabazas resistieron bien el frío. En el caso de los puerros, la tarea fue más minuciosa: arrancar, limpiar en la propia tierra y preparar el producto para el transporte, formando una cadena de manos que aceleró el trabajo conforme avanzaba la mañana. Los voluntarios pudieron además recolectar otros productos, como habaneros del invernadero.

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Del bancal a la red social

Todo lo recolectado se colocó en cajas para su posterior traslado y entrega a entidades sociales. Intras participó con una docena de personas —incluidos usuarios— y ve en este tipo de acciones una vía para sumar aprovechamiento alimentario, inclusión y acceso a productos saludables para su red de apoyo. La fundación recordó su trabajo en proyectos ligados a agricultura, medio ambiente y economía circular, y su experiencia transformando excedentes vegetales en conservas.

En Cataluña, Espigoladors ha consolidado el espigueo con voluntariado y también impulsa la transformación de excedentes en elaborados (como patés vegetales o mermeladas) dentro de un modelo de economía social. Ahora, su siguiente paso es impulsar una comunidad estatal de espigueo. En ese marco se sitúa el proyecto europeo Cultivate, con el que acompañan acciones piloto entre noviembre de 2025 y febrero de 2026 para que experiencias como la de Cuéllar se repliquen en otros puntos del país.

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La 'rebusca' vuelve así con un sentido renovado: recuperar alimentos que se quedarían en el campo, reforzar redes de solidaridad y recordar —con las manos en la tierra— que el desperdicio también se combate antes de que el alimento llegue a la mesa.

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