La población de la capital aumenta por primera vez en once años
La alcaldesa vincula este incremento, de alrededor de medio millar de personas, al «dinamismo económico» con la llegada de nuevas empresas
La capital rompe la tendencia de pérdida de población de los últimos años y, según datos provisionales del padrón municipal anunciados ayer por la alcaldesa, Clara Luquero, sube en unas 500 personas. Se rompe así la inercia de más de una década. La capital aumentó población por última vez en 2008, con 56.858 habitantes, 811 más que el año anterior. Desde entonces, la caída se ha prolongado hasta los 51.674 del año pasado. La evolución se ha frenado en los últimos dos años (el dato de 2019 apenas supone un descenso de 82 habitantes respecto a 2017). Los datos están pendientes de una confirmación que llegará en marzo.
Luquero vinculó ese aumento al dinamismo económico, con la llegada de empresas como Indra al Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial del CAT la próxima primavera. La alcaldesa citó también el proyecto de la empresa de inteligencia artificial del segoviano Sinuhé Arroyo, inaugurado el pasado diciembre en el Colegio de Arquitectos, y que creará en la ciudad 75 empleos de alta cualificación, o el alcance de «una multinacional belga» –en referencia a Drylock–, que prevé contar en el futuro con 200 empleos. «La estrategia de atraer inversión productiva empieza a dar frutos. Y quizás todo esto empiece también a computar en todo lo que tiene que ver con el crecimiento del padrón. Y revertir esa pérdida de población, esa sangría que tanto nos preocupa», señaló Luquero.
En un desayuno al que acudieron miembros del equipo de Gobierno y de la oposición, así como diferentes cargos públicos y representantes de las asociaciones de vecinos, culturales, clubes deportivos o entidades sanitarias. la alcaldesa hizo un balance de 2019 y destacó la aprobación del Plan Especial de Áreas Históricas (Peahis), cuya entrada en vigor está pendiente de que el Ayuntamiento y la Diputación se pongan de acuerdo sobre el pago de la publicación del documento en el Boletín Oficial de la Provincia, o el nuevo servicio de transporte público. Respecto este último, Luquero indicó que «hemos planteado una serie de mejoras a ese contrato. Tras pasar unos meses, hemos observado una serie de demandas ciudadanas y las tramitaremos una vez aprobado el presupuesto municipal». La regidora presumió de que la ciudad cuenta con «un servicio de autobuses de referencia respecto a ciudades de un tamaño similar».
Modelo a mejorar
En presencia de representantes de los barrios, Luquero asumió que los presupuestos participativos son «un modelo a mejorar», aunque presumió de haber ejecutado en 2019 todas las actuaciones que los vecinos aprobaron. Destacó la accesibilidad como uno de los principales retos, con proyectos como el ascensor urbano en construcción en la calle Gascos, el que que comunicará San Millán con el paseo del Salón–pendiente de aprobación por la Comisión de Patrimonio de Castilla y León– y el que conectará los barrios de San José y El Palo. «Queda mucho pendiente», reconoció. Tras adaptar el pabellón Pedro Delgado, queda por delante la reforma del Centro de Recepción de Visitantes y la Casa de la Lectura. «Es el gran reto que tiene que asumir el Ayuntamiento para que, de verdad, esta sea una ciudad inclusiva», subrayó la alcaldesa.
Especto a la iniciativa autonomista en León, Clara Luquero se mostró «satisfecha» con el actual Estado de las autonomías. «En su momento ya se plantearon los debates que se tenían que plantear. Ahora tenemos un modelo que ha funcionado y nos ha dado 40 años de progreso y libertades. Si tenemos que replantear una reforma de la Constitución, será por otros aspectos. No pienso que debamos ser todos autónomos y cuestionar la independencia de esta región, esta ciudad o mi comunidad de propietarios», subrayó la alcaldesa.
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