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Plácido regreso a la vieja realidad para la nueva Segoviana
Los de Iñaki Bea se recomponen a un penalti fallado con los goles de René, Morata e Ivo para tumbar a un recién ascendido, sometido de inicio a fin
Ni el disgusto de un penalti fallado con 0-0 puso en tela de juicio la superioridad de la Gimnástica Segoviana en su regreso a ... Segunda RFEF ante un recién ascendido. Los primeros trazos del proyecto que dirige Iñaki Bea desde el banquillo mostraron a un equipo luchador y desbordante de talento en tres cuartos de campo, que funcionó con sobriedad incluso el primer día, sin esa compenetración que solo da el tiempo. Bastó para un debut plácido, para asentar con unos buenos 90 minutos de fútbol la esperanza de que los azulgranas compitan de tú a tú en la zona alta, la que ocupa anecdóticamente en un liderato compartido del grupo I con el Deportivo Fabril.
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Segoviana
Carmona, Iker, Morata, Josep Jaume, Rubén, Manu, René, Ayán, Pau Miguélez, Samu Manchón y Álex Castro.
3
-
0
Sámano
Masach, Aitor Abad, Diego Marta, César Junio, Castillo, Lambea, Berzosa, Ochoa, Luis Gómez, Izan Coca y Rasines.
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Cambios Segoviana: Diego Campo por Manu (min 58), Javi Borrego por Ayán (min 62), Ivo por Pau Miguélez (min 62), Silva por Morata (min 76) y Marc Tenas por Samu Manchón (min 76).
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Cambios Sámano: Jonás Ibáñez por Lambea (m.64), Pedro Méndez por Berzosa (m.64) y Aguirre por Castillo (m.87).
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Goles: 1-0: René (m.54), 2-0: Morata (m.68), 3-0: Ivo (m.85)
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Árbitro: Carlos Agraz (comité Extremadura). Amonestó con amarilla a Pau Miguélez y Morata por la Segoviana.
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Otros datos: La Albuera: 1.897 espectadores.
El primer once de Bea cumplió el pronóstico tras la pretemporada. Con los dos únicos centrales de pleno derecho que tiene (Morata y Josep), pues quiere usar a René como medio. Le acompañó Manu, con Fer Llorente en el banquillo por las molestias. Las bandas, para Manchón y Ayán, dos perfiles complementarios: el currante y la estrella. Algo aplicable a los delanteros: el incansable Álex Castro y Pau Miguélez, llamado a marcar diferencias en el área. Unos mimbres que vaticinaban el dominio posicional de la Segoviana ante un equipo que se asomaba por primera vez por encima de la Tercera División, con mucho jugador clásico del fútbol cántabro, una región en la que los ascensos se convierten pronto en fruta madura.
La respuesta del Sámano era la colocación y comprar billetes en el juego directo. Así llegó la primera, con una disputa aérea que Castillo le ganó a Morata, que se venció sin lograr el pitido del árbitro. La cosa terminó en un córner servido con intención al punto de penalti para el disparo alto de Coca desde la frontal. Notas al pie de página ante el amplio abanico de recursos azulgranas para dominar la contienda de medio campo hacia delante. Un dibujo móvil en el que Miguélez ganaba línea de fondo tras asociarse con Rubén, mientras Ayán bajaba con ahínco a buscar la pelota, cosérsela a los pies y tratar de generar desequilibrios desde la arrancada. Demasiado para el Sámano, cada vez con más compromisos cerca de su área.
Así llegaría nada más cumplirse el cuarto de hora la primera brecha, un claro penalti por una mano imprudente de Deiby en los primeros metros del área para cortar una acción que no se presumía letal. Apenas hubo protestas. Cuando todo parecía indicar que Álex Castro, el pichichi de la pretemporada, sería el encargado de ejecutar el regalo desde los 11 metros, le dio a última hora el balón a Pau Miguélez, un acto simbólico que terminó en pifia. Un gesto tímido, con un trote lento que aguantó bien en el sitio Masach, como si supiera que le caería un disparo manso que atajaría en dos tiempos. Del comienzo soñado, a un anticlímax.
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La oportunidad marrada hizo perder voltaje a la Segoviana y dio un cierto aire al Sámano, que se quitó por unos minutos el dominio territorial y se animó a coquetear área rival con jugadas a balón parado que no pasaron del peligro potencial. Casi la mayor amenaza la sofocó Miguélez con un corte tardío que privó a Diego Marta de una contra clara a cambio de la amarilla de rigor. Superada esa fase de barbecho, volvió a empujar la Sego antes del descanso, generando peligro por la derecha con el protagonismo de Ayán y las incursiones de Iker desde el lateral. Suyo fue un disparo lejano que atajó en dos tiempos el portero, al que casi juega una mala pasada el pecho. Se rehizo, como haría minutos después en un córner servido por Miguélez con el que se encontró Castro al primer palo, que contactó como pudo de primeras y puso en un compromiso al guardameta, hábil para lanzarse al césped y atajar. Así llegó el primer intermedio en La Albuera. Manifiesta superioridad encallada a la hora de apretar el gatillo.
Como ocurriera en la primera parte, el Sámano calentó antes los neumáticos y forzó un par de córners. El primero lo empalmó Lambea contra las vallas de publicidad: lo que no puede permitir un recién ascendido es que le cacen en una contra. El segundo lo forzó Castillo tras ganarle la partida a Morata y sacarse un testarazo forzado al primer palo. No hubo tiempo para que el resultado generase más nervios porque René abrió al fin la lata al embocar el rechace a un centro desde la izquierda al punto de penalti que dejó sin números a la defensa. El fichaje multiusos la controló con calma y aprovechó su soledad para embocarla por bajo.
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La desventaja puso en evidencia las carencias del Sámano para perseguir marcador, la odisea de un equipo demasiado inferior para sacarse de la manga el plan de la remontada. Era cuestión de tiempo que la Sego cerrase la contienda, algo que estuvo a punto de lograr Castro, aguantando el balón con su poderoso físico en el choque con los centrales para fusilar a Masach, que se la sacó de encima. Llegaron los cambios: el aplauso a Manu, el capitán que combate el paso del tiempo, y a Miguélez, que no dejó de ser protagonista pese al penalti fallado.
Así las cosas, los locales aseguraron el partido en otro centro, esta vez desde la esquina. Un servicio al segundo palo que se comieron a medias entre el portero y los centrales para que Morata cabeceara a gol e hiciera méritos para irse ovacionado y diera unos minutos para Silva como central. Con la victoria asegurada, aún faltaba el tercero. Pudo llegar en un disparo lejano de Manchón tras una falta bloqueada por la barrera, pero no firmó a placer Ivo, que definió un mano a mano en compañía de Castro tras un pase rompe líneas de Silva. Y casi hubo otro. Victoria plácida para seguir trabajando.
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