Sucesos en Segovia
Los ataques se han cebado en los últimos días en las pozas de lino, recuperadas por su alto valor natural y biológico
El alcalde de Torrecaballeros está harto. Los disgustos se suceden porque la zona recuperada de las pozas de lino, en las inmediaciones de esta ... localidad del alfoz, está en el punto de mira del vandalismo. En los últimos días, los ataques se han multiplicado contra las instalaciones colocadas para resaltar el alto valor biológico y natural de este entorno, «que es patrimonio» del municipio, subraya Rubén García de Andrés. Asegura estar «enfadado» por estos comportamientos cada vez menos aislados. «Si no quieres venir a visitarlo, vale; pero al menos no vengas a destrozarlo», comenta indignado.
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El regidor explica que en estas incursiones, los gamberros han roto postes de la valla de madera colocada en torno a las pozas y se han llevado los listones. Pero en uno de esos recientes asaltos, los vándalos incluso han llegado a arrancar de cuajo los anclajes de metal. García de Andrés explica que el material dañado ha sido repuesto con la confianza de que no vuelva a pasar. Para ello también apela a la colaboración ciudadana, tanto de quienes tengan en mente cometer algún comportamiento incívico para que se lo piense mejor como de quienes puedan ser testigos de los ataques vandálicos para que denuncien e identifiquen a los autores.
El alcalde de Torrecaballeros matiza que no todos los desperfectos padecidos en el vallado de las pozas de lino son ocasionados por personas. Es consciente de que hay estropicios que pueden haber sido provocados por el ganado que pasta en este enclave de alto valor ecológico. Las reses causan daños que «son colaterales», matiza Rubén García de Andrés, como cuando el animal se rasca contra un madero de los instalados y los rompe. «Desde que se restauraron, hemos tenido que reparar el vallado seis o siete veces», lamenta el alcalde, quien reclama al dueño del ganado que se haga cargo de los desperfectos achacables a los animales.
Las dianas de los vándalos se diversifican en el municipio. García de Andrés recuerda que en Navidad también destrozaron elementos de la iluminación ornamental que no se han podido arreglar y que han quedado inservibles. Además, se queja de pintadas en determinados puntos de la localidad que están siendo investigadas. Asimismo, hace poco «una chiquillada» llenó de espuma la fuente del municipio. Suma y sigue, pero lo que «más rabia» le da son los ataques a la poza de lino.
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«Es una zona de dehesa –describe el regidor–, pero es municipal y el Ayuntamiento tiene pleno uso en este lugar, que además está pensado para coexistir». Se refiere a la convivencia en este enclave entre la práctica de la ganadería extensiva y todos los elementos medioambientales, biológicos y etnográficos que se pretenden preservar y valorar a través de las actuaciones llevadas a cabo y que se aúpan como otro de los atractivos que ofrece Torrecaballeros a quienes visitan esta localidad en auge demográfico.
En este sentido, Rubén García de Andrés pone de relieve que hay varias investigaciones universitarias en marcha que estudian este patrimonio, un lugar de reproducción de anfibios que es «compatible» con el ganado, pero no con el vandalismo.
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