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Un año más, como cada Navidad, en Mata de Cuéllar las panderetas, zambombas y villancicos son reemplazados por el sonido del folklore más tradicional, dejando ... el protagonismo musical al festival de dulzainas y tambores Agapito Marazuela, que cada año se celebra en honor al folklorista segoviano y que en esta ocasión cumplió su vigésimo sexta edición.
La niebla que estos días llena la meseta segoviana, no echó para atrás a los dulzaineros, que un año más acudieron hasta el festival llegados de diferentes puntos del país, aunque especialmente de localidades cercanas de las provincias de Segovia y Valladolid, aunque también desde otros lugares más lejanos, como un grupo de Cercedilla y otro de la localidad palentina de Saldaña, que suelen ser fieles a esta cita. Tampoco faltaron conjuntos de Valladolid, Cuéllar, Íscar, Aldeamayor de San Martín, Arroyo de Cuéllar o Portillo, entre otros.
Así, para celebrar San Esteban, en Mata de Cuéllar, las jotas, las dulzainas pusieron la banda sonora a la Navidad, con jotas, pasodobles, danzas, corridos y entradillas, que se sucedieron a lo largo de la tarde como protagonistas, aunque también dejando paso a otros ritmos más modernos. Se trata de una cita con unos tintes muy especiales, pues reúne a aficionados musicales de todas las edades y géneros en torno a un instrumento y al folklore tradicional más arraigado. Además, sirve como punto de encuentro de muchos músicos, que se reencuentran cada año en este festival, por lo que también se convierte en lugar de amistades forjadas en torno a instrumentos como la dulzaina y el tamboril. De hecho, en algunas ocasiones, incluso acuden dulzaineros en solitario, a los que no dudan en acompañar sobre el escenario músicos de distintas formaciones.
El marco de esta actividad es la fiesta en honor a San Esteban, que en Mata comenzó con la eucaristía en honor al Santo. A lo largo de la jornada también se celebró un mercadillo navideño en la terraza del Moral, del Bar Chicote, ayudando así a los vecinos a ultimar sus compras para estas fiestas. Posteriormente, muchos de ellos se reunieron en torno a un cocido solidario, que se desarrolla en la nave polifuncional y cuya recaudación este año se destinó a Autismo Valladolid.
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Seguidamente fue el turno de la música, con los dulzaineros animando las calles de la localidad en un recorrido por los distintos bares del municipio, para, seguidamente, confluir en un pasacalles hacia la nave polifuncional, lugar que albergó el festival. Allí, uno a uno se dieron cita grupos, dúos, escuelas de dulzaina y multitud de aficionados a estos instrumentos, que fueron subiendo al escenario con sus actuaciones y variados ritmos. Tampoco faltó la Asociación Folklórica Musical de Mata de Cuéllar, anfitriones de esta iniciativa.
A lo largo de toda la tarde y noche, los vecinos de Mata de Cuéllar y otros muchos llegados desde distintos puntos de la comarca, pudieron disfrutar de varias horas de música, marcadas por los ritmos e instrumentos más tradicionales del folklore, que terminó con todos los músicos disfrutando de un vino español.
Los actos incluidos en la programación de fiestas y Navidad de la localidad continuaron ayer con una caminata navideña.
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