Los museos abrazan la transformación digital para recuperar visitantes
Extreman los protocolos para garantizar que la visita es segura pese a ser espacios cerrados, y en paralelo refuerzan la oferta 'on-line'
claudia carrascal
Segovia
Jueves, 29 de octubre 2020, 13:04
Desde el Esteban Vicente, el Rodera-Robles, el Museo de Segovia, el Palacio de Quintanar o el Torreón de Lozoya hasta otras salas y espacios ... museísticos como el de la Academia de Artillería, el Alcázar o la Real Casa de Moneda recorren la ciudad de Segovia. También la Casa Museo de Antonio Machado, el Centro Didáctico de la Judería, la Colección de Títeres Francisco Peralta o el Zuloaga, entre otros. Todos ellos, están sufriendo las severas consecuencias como consecuencia de la crisis sanitaria mundial. Exposiciones canceladas o aplazadas, aforos reducidos, talleres y actividades complementarias suspendidas y visitas guiadas interrumpidas son la tónica general en estos contenedores de arte, cultura e historia. La mayoría buscan en la vertiente 'on-line' el modo de sobrevivir en época de pandemia y los resultados están siendo prometedores.
Además, todos ellos, han tenido que adaptarse a la 'nueva normalidad' y cumplen con rigor los protocolos sanitarios con el fin de demostrar que «los museos son espacios seguros». Controlan los aforos, han marcado itinerarios para que los visitantes respeten la distancia social y es obligatorio el uso de mascarilla y geles hidroalcohólicos.

Ana Doldán, directora-conservadora del Esteban Vicente: «Ahora el reto es crear un equilibrio entre la visita física y la virtual»
El verano no ha sido malo para el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente teniendo en cuenta las circunstancias excepcionales en las que se encuentra la ciudad, con una afluencia mínima de turistas. «El mes de julio ha sido tranquilo, pero agosto ha estado muy bien, hemos tenido prácticamente el mismo volumen de público que otros años», asegura la directora del Museo, Ana Doldán.
Cuando el 6 de septiembre se clausuraron las exposiciones que habían permanecido durante la época estival, se presentó un importante reto para la dirección del centro de arte contemporáneo porque «la pandemia obligó a cancelar los ambiciosos proyectos programados», que incluían préstamos de obras nacionales e internacionales, cuyo traslado era muy complejo por las restricciones de movilidad. Ante esta inusual situación, decidieron apostar por una producción propia: la reinterpretación de la obra de Esteban Vicente por parte de la artista afincada en Segovia Patricia Azcárate.
El objetivo de esta muestra es, según Doldán, defender la creación artística local en un momento en el que es más importante que nunca poner en relieve que «si no apoyamos al artista, el circuito del arte no sigue su curso natural». Otra de las modificaciones que ha provocado la pandemia es la supresión del proyecto educativo que se desarrolla con los colegios porque «ni los alumnos pueden salir de los centros para realizar actividades, ni se pueden hacer talleres o visitas guiadas con más de seis personas». Por eso, ahora trabajan en la posibilidad de crear talleres familiares.
Doldán afirma que trasladar los recursos didácticos y divulgativos a las redes sociales y a la página web ha sido todo un éxito. «No teníamos infraestructura digital, pero durante el estado de alarma tuvimos que adaptarnos para mantener la fidelidad del público y generarles la necesidad de acudir al museo», apunta. De hecho, cree que la visita 'on-line' «no puede sustituir a la presencial porque no tiene nada que ver», pero sí que es una forma de reinventarse. A partir de ahora, se presenta el reto de «crear un equilibrio entre la visita física y la virtual». Estos recursos no solo se están lanzando para los escolares, también para el público general a modo de píldoras informativas sobre las exposiciones.
El formato virtual ha ayudado a paliar la caída de visitantes, que se espera que a cierre de año sea un 50% inferior a las cifras de 2019, en gran parte debido a los más de tres meses que el museo ha estado cerrado. No obstante, Doldán subraya que la media diaria de público tan solo ha caído un 10%. Además, han sido más de 14.000 las personas que han accedido a los diferentes recursos 'on-line', una cifra similar a los visitantes que este museo recibe cada año.

Gianni Ferraro, director de Palacio Quintanar: «Esta crisis nos ha afectado menos porque ya teníamos 10 de las 14 salas cerradas»
El Palacio de Quintanar no se encontraba a pleno rendimiento cuando estalló la pandemia de la covid-19 en España. Desde enero estaban cerrados el 70% de los espacios expositivos debido a las obras de restauración del edificio, que previsiblemente no concluirán hasta los primeros meses de 2021. «Aunque esta situación nos ha afectado, nos ha pillado en un momento en el que ya teníamos una dificultad expositiva, por lo que el daño ha sido menor», aclara el director del museo, Gianni Ferraro. Las exposiciones que no han podido celebrarse este año se aplazarán hasta 2021, aunque la actividad no cesa. En estos momentos, se pueden contemplar las muestras 'Cinco poetas visuales de Castilla y León' y 'Arte en papel'. Además, el 10 de noviembre se inaugurará una exposición con viñetas que el humorista Sansón publica en El Norte de Castilla.
La actividad 'on-line' también ha sido un acicate para este museo. Aunque ya había dado sus primeros pasos en el ámbito virtual, esta pandemia ha acelerado el proceso. «Antes hacíamos cosas puntuales, pero desde principios de abril tenemos un programa 'on-line' y una periodicidad estipulada». Eso sí, Ferraro afirma que esta inmersión tecnológica no hubiese sido posible sin el apoyo de la Consejería de Cultura de la Junta.
Desde el mes de abril el museo virtual y las actividades 'on-line' complementarias reciben una media de 11.000 visitantes semanales, lo que supone un aumento de este tipo de visitas del 70%. Aunque su director reconoce que este año no llegarán «ni de lejos» a los 33.000 visitantes presenciales que recibe de media este museo.
Los recursos digitales se emplean para mostrar las exposiciones de los últimos años, la historia del Palacio o para acercar a los artistas, arquitectos o fotógrafos al público a través de vídeos en los que hablan de sus profesiones. El cinefórum es otra de las actividades que se ha trasladado al ámbito 'on-line'. Con esta nueva filosofía, Ferraro confía en que sea más fácil llegar a los jóvenes. «Aunque nuestro concepto multidisciplinar hace que tengamos un público muy amplio, incluso escolares que con esta situación no pueden venir, es interesante que la tecnología nos ayude a que los jóvenes se impliquen con el arte», sostiene.

Rafael Ruiz, director de la Fundación Caja Segovia: «Los recursos 'on-line' nunca sustituirán el diálogo del espectador con las obras de arte»
En el Torreón de Lozoya están ultimando las obras para albergar el museo de arte contemporáneo en el que se expondrá gran parte de la colección artística de la extinta Caja Segovia. Una inauguración que, según avanza el director de la Fundación Caja Segovia, Rafael Ruiz, lo más probable es que se produzca a final de año. Irá de la mano de una nueva página web, que además de la agenda expositiva y de la ampliación de la tienda 'on-line', con cerca de 12.000 artículos, incluirá una visita virtual por la colección, con imágenes e información adicional de cada pieza, videos históricos de exposiciones temporales y otros recursos interactivos.
Esta mejora de la web permitirá al Torreón de Lozoya adaptarse a los tiempos actuales y será un importante complemento de la oferta cultural del museo. No obstante, Ruiz incide en que «los recursos 'on-line' nunca sustituirán al encuentro y al diálogo directo del espectador con las obras de arte». Eso sí, confía en que estas novedades sirvan para retomar la intensa actividad que habían logrado antes de la pandemia, con más de 12.300 visitas en los dos meses que llevaba montada la exposición de grabados de Alberto Durero. «A nosotros la crisis de 2008 nos llegó en 2012 y desde el año pasado habíamos recuperado el tono. En los años buenos éramos el tercer lugar más visitado de la ciudad, detrás del Alcázar y la Catedral», subraya.
Estos meses la caída de visitantes ha sido notable, hubo poco más de 130 personas los días que estuvo abierto en julio. Agostó permaneció cerrado y en septiembre llegaron a los 991 visitantes gracias a la exposición de Roberto González Fernández y a los actos del Hay Festival y de Titirimundi. Ahora, los confinamientos en Madrid y en otras ciudades cercanas están haciendo mella. Los próximos meses su intención es retomar el tradicional belén navideño y sacar a la luz proyectos que puedan gestionarse en pocos días porque «la situación actual no permite trabajar con los 3 o 4 años de previsión con los que nos gusta hacerlo habitualmente; es momento de adaptarse y seguir adelante», agrega.
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Rafael Cantalejo, director del Museo Rodera Robles: «Seguimos activos, aunque innovar con recursos limitados es muy complicado»
En el Museo Rodera-Robles también permanecen abiertas tanto la muestra permanente como la sala de exposiciones temporales, que acogen una colección de fotografías de Eduardo Rodera, artífice de este espacio. Debido a la situación actual, la muestra se ha prorrogado hasta finales de año. Por el momento, ha tenido buena acogida entre los segovianos, que son el público mayoritario del museo. No obstante, su director, Rafael Cantalejo, vaticina que los próximos meses serán complicados en cuanto a número de visitantes porque «la mayoría de los interesados en ver esta muestra ya lo han hecho y ahora el turismo en la ciudad es muy escaso. Además, en otoño suele descender el flujo de visitantes».
Es un museo modesto y con una finalidad concreta: mostrar las obras de arte y colecciones que había reunido el matrimonio formado por Eduardo Rodera y Rafaela Robles. Por eso, su director cree que será más fácil su supervivencia que la de otros espacios culturales, que requieren más recursos y personal y que están sufriendo de forma más drástica las consecuencias de la pandemia.
«Es complicado aventurar el futuro. Lo bueno es que nuestra situación no ha cambiado porque desde el principio se concibió como un espacio que daría pérdidas y se financiaría, hasta donde fuera posible, con el dinero donado por su fundador», señala. Innovar en una galería tan reducida y con unos recursos tan limitados «es muy complicado», admite,, pero si hay algo seguro es que la vida cotidiana de Segovia y de sus calles, así como el legado del matrimonio, seguirán siendo los grandes protagonistas en el Rodera-Robles.
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