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El sacerdote diocesano Jesús Torres Bravo ha muerto en Mozambique a los 80 años de edad. Fue párroco de El Espinar, San Frutos, Aguilafuente o Madrona y durante más de treinta años realizó su labor pastoral en el país africano.
Nacido el 26 de mayo de 1945 en Pinillos de Polendos, ingresó en el Seminario de Segovia, donde cursó Humanidades y Filosofía. Posteriormente, se trasladó al seminario del IEME (Instituto Español de Misiones Extranjeras), en Bury, para completar sus estudios teológicos.
Fue ordenado sacerdote el 31 de mayo de 1970. Durante sus primeros años ministeriales sirvió en diversas parroquias de la diócesis como El Espinar y San Frutos. Poco después respondió con entusiasmo a la llamada misionera y marchó a Mozambique, donde desarrolló una intensa labor pastoral durante más de 30 años. Su experiencia en tierra africana marcó profundamente su vida y ministerio.
A su regreso a España continuó sirviendo en comunidades rurales, como Aguilafuente y sus anejos, y más recientemente, en Madrona y sus pueblos cercanos. También fue delegado diocesano de Manos Unidas, destacando por su implicación en la promoción de la justicia y la solidaridad.
La Diócesis de Segovia subraya que Jesús fue un hombre dinámico, entregado, alegre y profundamente misionero. «Su corazón vivió siempre entre Mozambique y las comunidades rurales de Segovia, donde dejó huella por su cercanía, compromiso y sencillez». El sábado falleció en Maputo (Mozambique), «donde siempre tenía su corazón y al que había regresado en un periodo vacacional». Una vez sea repatriado su cuerpo se celebrará su funeral.
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