«Al final he conseguido salir adelante, pero hay trabas por todas partes»

La ambición llevó a Alba Mateo a instalarse en Madrid por un largo periodo de tiempo para especializarse en la gestión de pymes. Quiso continuar con la formación y así acceder al mercado laboral con mejores cualificaciones, pero no fue fácil.«Estuve como un año en situación irregular porque no había manera de hacer la documentación, no podía ejercer con mi titulación, había trabas y trabas por todas partes, a lo que se suma que me quedé embarazada», relata.

Esto coincidió con una época difícil en la que no se podía permitir pausas. En aquel periodo, vivía en Madrid y tuvo que afrontar el encarecimiento de la vivienda, los alimentos y los suministros energéticos.Por este motivo, nada más nacer su bebé, «trabajé en casas como interna, cuidando a personas mayores». Una labor que combinó con la realización de trenzas y uñas a domicilio. «Fue una etapa muy complicada en lo personal, totalmente precaria», recuerda. Pero su historia no es única, sino que ha podido conocer testimonios dramáticos de personas que han atravesado una situación parecida. «Aunque muchas empresas no lo digan, hay racismo; la gente se aprovecha de ti y cuando reclamas, te amenazan con denunciarte para que te manden a tu país», lamenta.

Afortunadamente, finalmente vio la luz. «Como soy joven, he intentado salir para adelante y gracias a Dios he conseguido cosas, pero no veas por todo lo que he pasado...», confiesa Alba Mateo. Ya no solo se refiere al gran esfuerzo que implica dejar atrás el país de su infancia y adolescencia, sino también a que este cambio supone en muchos casos un borrón y cuenta nueva en la trayectoria académica y laboral de una persona. «Tardé cuatro años en homologar mi título», concreta.Después de trabajar en un despacho de abogados, ha comenzado su andadura como administrativa y contable.  «Estoy muy contenta», asegura.