Preparación de las sopas de ajo durante la llamada Noche Amarilla. M. R.
Fiestas de Cuéllar

Unas fiestas para chuparse los dedos

Al margen de las actividades musicales y taurinas, en Cuéllar no faltan las citas gastronómicas con las que reponer fuerzas

Mónica Rico

Cuéllar

Martes, 30 de agosto 2022, 10:00

Son días de mucha actividad en Cuéllar, con un calendario diario lleno de iniciativas que comienza temprano y concluye de madrugada, por lo que es ... importante tener una buena alimentación para que el cuerpo aguante las horas de diversión, baile y chateo. De ello, en buena medida, se encargan las peñas, que, a diario, ofrecen almuerzos y cenas para sus socios en los locales que tienen como sedes. Pero también abren las puertas a vecinos y visitantes, especialmente en algunas de las citas gastronómicas que se suceden durante las fiestas, y que este año comenzaron el sábado con una paella popular organizada por la peña La Plaga, con la que calentaron los motores para la apertura oficial de las fiestas y el pregón.

Publicidad

Ya el domingo fue el turno de la peña El Embudo, que celebró su Noche Amarilla ofreciendo a vecinos y visitantes las tradicionales sopas de ajo, preparadas por ellos mismos con los ingredientes que no pueden faltar en este tradicional plato castellano tan típico de nuestra cocina, como el pan duro, cortado en finas rodajas unos días antes, ajos, aceite, sal, pimentón, caldo, huevo escalfado y jamón.

Toda una delicia para calentar el cuerpo en la noche cuellarana, que los vecinos agradecieron con una importante asistencia, realizando una larga fila desde minutos antes de que comenzara el reparto, que se realiza en el tradicional cuenco de barro, marcado con el nombre de la Peña, por el que se dejaba una fianza de dos euros, que se devolvían si regresaba el recipiente ya vacío. También se entregaba una servilleta y una cuchara.

Mientras los vecinos esperaban en una larga fila, los miembros de la peña no pararon de preparar cuencos, llenarlos de pan y, sobre el mismo, echar el caldo con todos los condimentos, una acción que se prolongó hasta en 400 ocasiones, número aproximado de raciones que se entregaron durante la noche amarilla, que también estuvo animada con la música de Ciry Dj. Pero las sopas de ajo no se toman únicamente durante esa noche, sino que la escena se repite a diario, pero de madrugada, en los corrales del río Cega. Allí, antes de que amanezca, un grupo de vecinos voluntarios se encargan cada mañana de llevar los ingredientes necesarios y preparar el guiso, que en esta ocasión se ofrece con huevo cocido opcional.

Publicidad

Una vez que concluye el encierro, es obligado reponer fuerzas, y la tradición manda que, tras los actos taurinos de la mañana, es el momento de almorzar. La estrella de estos días es el almuerzo del segador, un clásico formado por uno o dos huevos fritos, una tajada de la olla o magra y un pedazo de chorizo, lo que algunos completan con patatas fritas o ensalada. Es el más habitual de los almuerzos, pero en los hogares tampoco faltan otros guisos, raciones, bocadillos o embutido.

Las fiestas de Cuéllar cuentan también con un gran plato estrella: los huevos fritos, que serán los protagonistas de esta noche, de la mano de la 'Verbenilla del huevo frito', una iniciativa que la panda El Soto celebrará en la plaza de la Huerta Herrera y en la que habitualmente se reparten más de 2.000 huevos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3€ primer mes

Publicidad