El Hay Festival renueva sus votos con Segovia con más de ochenta eventos y cien invitados

Más de un centenar invitados de diecisiete países compartirán sus opiniones y pensamientos en aforos que solo estarán ocupados a la mitad «por medidas de precaución», apunta Cremaschi. «No hemos vuelto a la normalidad», matiza la directora del festival al referirse a que aún el coronavirus supone una amenaza en eventos que congreguen a un cierto número de personas en un mismo recinto cerrado.

De soslayo, también nombra con tristeza el reciente intento de asesinato del escritor Salman Rushdie en una conferencia en Estados Unidos. «Está el mundo muy raro, como descontrolado», lamenta. «La reducción del aforo a la mitad también nos permite un mayor control y vender por filas para que no se formen colas», matiza la responsable del Hay Festival de Segovia.

Uno de los ejes sobre los que va a girar el programa ideado para la decimoséptima edición de la extensión segoviana será el que forman la tradición y la innovación, aunque la variedad temática que salpica la copiosa agenda de actividades hace difícil etiquetar los debates y conversaciones que protagonizarán los nombres propios invitados, que abarcan un «amplio territorio por explorar», como revela María Sheila Cremaschi.

Figuras nacionales e internaciones de la literatura, el arte, las nuevas tecnologías, la política, el cine, la filosofía, la economía, la historia, la arquitectura, el periodismo, el ecologismo, el mecenazgo.... y la literatura de nuevo aportan sus visiones particulares de un contexto mundial «enrarecido por la guerra o la inflación».

La directora del evento expresa, a su vez, su «preocupación» por la juventud, y en particular por su incorporación a la cultura y la lectura. «Les interesa más la creación realizada con nuevas tecnologías». Los algoritmos, la programación, la robótica o la inteligencia artificial se hacen un hueco por méritos propios en el programa del Hay segoviano para captar la atención de los jóvenes desde diferentes ópticas.

La más llamativa, quizás, sea la que ofrecerá el jueves 15 de septiembre el arquitecto y cineasta Liam Young, al que la organización del festival considera «un visionario» que explora las implicaciones futuras de los desarrollos urbanos emergentes mediante el uso de las nuevas tecnologías.

También con la voluntad de atraer a los jóvenes en su búsqueda creativa en la que mezclan expresiones artísticas y algoritmos, el domingo 18, las veinteañeras Joana Marcús e Iria Parente hablarán de una plataforma 'on-line' con un millón de seguidores que nació como una especie de microblog donde gente de todo el mundo colgaba breves escritos extraídos de sus aplicaciones de mensajería o redes sociales.

El Hay Festival redobla su apuesta por los jóvenes con la presencia de un Nobel de Física, Konstantin Novoselov, quien junto a Kate Daudy propone en el Torre de Lozoya un 'Mapa del futuro posible', montaje de arte visual que se inaugurará el jueves 8 de septiembre y que será uno de los aperitivos que condimenten en programa antes del menú de más de setenta 'platos' que se concentrará una semana después, entre los días 15 y 18.

También para abrir boca, el festival cumple con su compromiso adquirido el año pasado con la Junta de Castilla y León de llevar a otros puntos de la comunidad algún acto y ampliar así su radio de acción y creación. Tras haber visitado 'la Raya' con Portugal entre Río de Honor y Rihonor de Castilla, Zamora, Salamanca, Madrid o Barcelona, el sábado 10 el festival se traslada por un día a tierras leonesas, más concretamente a Sabero, donde está en Museo de la Siderurgia y de la Minería de Castilla y León. Allí hablarán de la naturaleza y los clásicos Carlos Aganzo, Emilio del Río y Elsa González.

Esta expansión del Hay Festival de Segovia a otros puntos de la geografía ibérica es la forma que ha encontrado el evento de recuperar, e incluso incrementar, la financiación procedente de la Junta después del hachazo que sufrió, al igual que Titirimundi, el año pasado y que desató un nuevo encontronazo político entre el Ayuntamiento de Segovia y la Administración regional.

La decimoséptima edición del evento recibe 68.786 euros de la Fundación Siglo; aunque el Consistorio se mantiene como principal valedor público del festival, al que destina en dinero contante y sonante 60.000 euros, a los que hay que hay que añadir la cesión de espacios expositivos e instalaciones municipales para la celebración de conferencias, como La Alhóndiga, la iglesia de San Nicolás, el centro de creación e innovación cultural de La Cárcel o La Casa de la Lectura.

La carta literaria vuelve a ofrecer una nutrida representación de las letras españolas e iberoamericanas: Antonio Muñoz Molina; Carme Riera; Carmen Mola (o lo que es lo mismo, Antonio Mercero, Agustín Martínez y Jorge Díaz); Reyes Monforte; Nativel Preciado; Jorge Volpi; Orlando Mondragón, o Leonardo Padura, entre otros. En cuanto a las firmas internacionales, destacan la del ganador del Premio Gouncourt de las letras en Francia, el senegalés Mohamed Mbougar Saar; el historiador militar británico, Antony Beevor, o la escritora, guionista y artista visual holandesa Manon Uphoff.

A caballo entre lo novelesco y lo cinematográfico, John –hijo del autor belga Georges Simenon, creador del personaje del inspector Maigret– también tiene una cita con el Hay Festival, que además acogerá un concurso organizado por la región de Valonia.

Y hablando del séptimo arte, la actriz Leonor Watling o el director Rodrigo Cortés se suman al elenco de invitados. La primera, en el Juan Bravo junto al actor Víctor Clavijo y el periodista radiofónico, Carles Francino; y el segundo departirá sobre talento y cultura con Pablo Isla, uno de los ejecutivos empresariales más reputados, como demuestra su paso por los consejos de administración de grandes firmas como Altadis o Inditex.