La historia de una magnífica obsesión

Diez cabezas se miran formando un óvalo cerrado. Se hallan dispuestas de forma que se puedan ver pensando, discutiendo, compartiendo ideas. Casi como si el arte clásico y el arte contemporáneo estuviesen compartiendo reflexiones sobre lo que somos, lo que fuimos y lo que seremos. Pero hay una undécima escultura que está fuera de la que parece una reunión. Un personaje observando a las cabezas y pensando con las manos en la frente, como si se quitase el sol.

Estas esculturas forman parte de la colección 'Testas' –una selección de otra más grande llamada Studiolo de Candela Álvarez Soldevilla– que se ha inaugurado en el museo Esteban Vicente.

Álvarez Soldevilla comenzó a comprar arte nada más recibir su primer sueldo, pero ya coleccionaba todo tipo de cosas antes. «Lo de ser coleccionista es algo como genético», confiesa. Actualmente atesora 494 piezas de arte. «Mañana a lo mejor 495». Gran parte de estas obras de arte son cabezas: en escultura, en fotografía, en vídeo, dibujo... Comenta que cuando tenía unas doscientas obras decidió centrarse en torno a un tema para dar coherencia a la colección, así que empezó a coleccionar cabezas porque tenía varias de estas piezas artísticas.

La exposición de esta pequeña muestra de esculturas se ha inaugurado en la capilla auditorio del Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente de Segovia, bajo el artesonado mudéjar y custodiado por las estatuas yacentes de los fundadores de lo que fue un palacio. Esta exhibición está coorganizada por el Hay Festival Segovia con la idea de que fuese un homenaje al festival en su decimosexta edición. Este año el tema será 'Tradición e innovación', un tema que no es al azar. La exposición 'Testas: Selección de cabezas de la colección Studiolo' estará abierta al público hasta el 18 de septiembre cuando regresará a Madrid con su colectora. «Para mí es una felicidad poder compartir y poder contribuir un poco a que la gente ame más el arte», declara Álvarez Soldevilla. Y es que cree que hacer partícipe a la gente del arte es la responsabilidad social de cualquier coleccionista.

Entre los trabajos expuestas se encuentran obras conceptuales como una de Anthony Caro, de principios de la década de los 80. La coleccionista asturiana fue a la galería, solo para visitarla, donde estaba expuesta la escultura. «Vi la exposición, me encantó y me quedé enganchada con esta pieza». Desde el primer momento le pareció una cabeza: «Nadie ve una cabeza, pero yo la veo perfectamente», dice riendo. En las exposiciones de arte abstracto las obras no suelen tener título, así que cuando volvió y averiguó el nombre, supo que se había enamorado de la escultura por una razón. La pieza se llamaba 'Ground Head' (cabeza asentada), nombre que también hace referencia a tener la cabeza sobre los hombros, cuando tienen la cabeza bien anclada y amueblada. No pudo dejar escapar la oportunidad.

Entre las otras esculturas conceptuales están 'Brain Tree' (Árbol cerebro) de Ana López Aláez, que recuerda a un brócoli. También obras figurativas como 'Anonymous V' de Jaume Plensa con letras por peluca o 'Autorretrato' de Egon Schiele. 'Horizonte' de Jesús Curiá es la única que no es un busto. Está hecha de bronce y acero corten con una altura de 175 centímetros. Este personaje es la obra aislada del resto, de pie y con las manos en la frente. Según Sofía Barroso, comisaria de la exposición y presidenta de Around Art, está mirando al «horizonte de sabiduría, de la inteligencia», al círculo de bustos pensantes. Con esta exposición confiesa: «Esperemos que la sabiduría y la paz prevalezcan por encima de la guerra».

Álvarez Soldevilla lleva coleccionado desde post adolescente y como dice Barroso: «El auténtico coleccionista es la historia de una obsesión, de una magnífica obsesión».

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