El Espinar costea agua, basura o policía para 30.000 habitantes
El municipio asume las demandas de una población que se triplica en verano para ocupar segundas residencias sin aparecer en su padrón
Desde últimos de junio hasta que terminan las fiestas, en la segunda semana de septiembre, el momento en el que se vacía de segundos residentes, ... El Espinar, con un padrón que supera por poco los 10.000 habitantes. Casi triplica su población real. «El pico más alto es la segunda quincena de agosto, tenemos más de 30.000 personas», subraya su alcalde, Javier Figueredo. La consecuencia es que los servicios municipales están sobredimensionados el resto del año para evitar el colapso en verano. La Policía Local es un ejemplo, con 22 personas. «La gente dice que qué barbaridad para un pueblo. Ya, ya, pero me tiene que dar cobertura cuando somos 30.000».
Lo mismo ocurre con el agua o la basura. El Ayuntamiento tiene un acuerdo con el consorcio para repercutir a lo largo de los doce meses el principal montante de kilos. Hay cinco empleados para cubrir las averías de agua en verano, una plantilla excesiva para el resto del año. «Con dos sería suficiente». Como con los agentes. «Con tener dos turnos de seis personas tienes hecha la Policía Local. Puedes tener dos más, pero de 14 a 22…» Algo que condiciona sus cuentas. «Tienes que maquinar con la cabeza, pidiendo subvenciones, ver de qué manera traes dinero de fuera».
De los 14 millones de euros de su último presupuesto, solo 300.000 son de inversiones, cuando en otros pueblos el porcentaje está en torno al 20%. «En la oficina técnica de Urbanismo tengo a doce personas redactando todo el día proyectos para ir puerta a puerta a la Diputación o la Junta. Esa tiene que ser nuestra gestión. Las arcas municipales no pueden dotar que tengamos aquí 20.000 personas más que no estén empadronadas».
Muchos vecinos reales de El Espinar mantienen el empadronamiento en Madrid para conservar la tarjeta de aparcamiento. Su última medida para incentivar esta regularización es bajar el impuesto de circulación al mínimo que marca la ley, un suelo que comparte con otra veintena de municipios en toda España.
También ha implantado la gratuidad en el transporte municipal entre los diferentes núcleos y todos tienen ya fibra óptica. Pese a ello, gran debilidad es el transporte interurbano. «Entiendo que comparado con Chañe somos unos privilegiados por estar a 50 minutos de Madrid, pero es la pata en la que más flojo estamos». El Ayuntamiento está en conversaciones con Avanza para implantar una lanzadera que vaya de El Espinar a San Rafael y baje a Guadarrama. «Ahí con el abono transporte tienes autobuses cada veinte minutos para ir a Madrid a trabajar». La idea es que este servicio funcione cada dos horas.
Con este diagnóstico, Figueredo defiende el doble empadronamiento. «Es una guerra que tenemos desde hace mucho tiempo. Ya no digo nosotros con Madrid, que sería una parte, incluso para gente de mi municipio que pasa muchos meses en la playa. Tenemos que dar la oportunidad a que la parte proporcional de los impuestos repercuta al pueblo donde pasa dos o tres meses».
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