«En España los que cantan en coros parecen unos frikis»
La directora coral segoviana elogia el papel de su disciplina en otros países como Finlandia y espera con emoción su primer concierto en la Catedral
Ana Fernández-Vega (7 de julio de 1978) abrió un nuevo camino familiar, el de la música, pero siguió los pasos paternos como funcionaria, con ... su plaza de profesora de conservatorio, aunque no la esté utilizando. «He compaginado esa tranquilidad con una carrera artística». El 23 de marzo dirigirá al Coro Victoria, agrupación dedicada a la polifonía del Renacimiento español en un concierto en la Catedral de Segovia. También llevará las manijas del Coro de Cámara CAMtoras –el 27 de abril en La Granja de San Ildefonso– y del Coro de Niños de la Comunidad de Madrid –el 18 de mayo en la Escolanía de Segovia–, un reconocimiento en su tierra para alguien que se enamoró de las voces de Helsinki o Budapest.
–¿Por qué pasó del piano al coro?
–La formación musical es larguísima y siempre empiezas con un instrumento. El piano es difícil, sacrificado y te obliga a estar mucho sola. Y a mí eso no me sentaba muy bien. Por eso estudié clave. Lo que siempre me ha gustado de la música era hacer algo con otras personas.
–¿Cómo se pone en valor un coro en una época en la que los solistas son estrellas?
–Todos hemos tenido nuestros ídolos, pero no es lo mismo que un adolescente esté loco por el concierto de Taylor Swift que cuando él hace música. Para mí, el piano, salir sola a un escenario, es presión y obligación. Y salir a dirigir a otros es disfrute, conexión. Gracias a los coros, estás abriendo un mundo a los jóvenes: compromiso, trabajar con otros y un repertorio clásico que no les va a llegar como el pop.
«No es lo mismo que un adolescente esté loco por el concierto de Taylor Swift que cuando él hace música»
Ana Fernández-Vega
Directora de coro
–¿Cómo mantiene la atención de los niños en ensayos de tres horas?
–Son niños con interés, van ahí porque les gusta. En un ensayo largo a lo mejor tenemos entre manos diez piezas. Entre que les cuentas de qué va, trabajas la dicción en hebreo o hacemos coreografías… Necesitan ir cambiando de actividad. Salen contentos, no agotados o aburridos.
–¿Hay relevo generacional en los coros?
–La pandemia fue un parón, no hicimos nada. Cuando volvimos, teníamos muchísimo miedo: «Los padres no se van a atrever». Y falló menos gente que en ningún año. Estaban hartos de lo digital, estaban deseando hacer algo con gente. Fue una vuelta muy emocionante. Hay relevo, siempre vienen niños a las audiciones y cada vez hay más coros en los colegios. Es algo que luego te engancha toda la vida.
–¿Qué razón le daría a un padre para llevar a su hijo?
–Experiencias que no se dan en la vida cotidiana de un niño, como presentar algo que has trabajado delante de mucha gente. El coro aporta muchos valores para la vida: seguridad en ti mismo, responsabilidad, madurez. Y es muy formativo a nivel intelectual y musical. Eso no te lo da ni el fútbol ni el baloncesto.
La conexión con el grupo
–¿Qué siente cuando dirige un concierto?
–Tienes mucha responsabilidad, sobre todo con los niños, guiarles bien. Los adultos son más capaces de funcionar sin ti. Hay momentos en los que simplemente estás concentrado, tampoco sientes mucho. Y luego hay otros muy emocionantes, te llega la belleza de lo que están haciendo. La conexión con el grupo es lo que más engancha de la dirección coral.
–¿Cómo compara producir la música y dirigirla?
–El que está tocando o cantando tiene una responsabilidad mucho más directa, por eso a mí no me gustaba el piano. Era tan fácil fallar… Hacerlo en grupo es muy divertido. Lo echo de menos; en cuanto estoy de viaje, estoy deseando ponerme a cantar con ellos.
–¿Qué supone un concierto en la Catedral?
–Para mí es muy ilusionante. Toda la vida entrando en la Catedral y poder por fin estar ahí, además con ese coro, haciendo música histórica… Es el espacio perfecto, va a ser muy especial. Para mí y por quien venga a escucharlo.
«El coro aporta seguridad en ti mismo, responsabilidad y madurez»
Ana Fernández-Vega
Directora de coro
–Música española del Renacimiento. ¿Es la mejor?
–En España estuvieron los mejores músicos y tenemos al gran maestro Tomás Luis de Victoria. Sí, es una cima absoluta.
–¿Cómo llevaría un concierto así a un público más amplio?
–Quien no conozca esta música tiene la obligación de conocerla. Es nuestro gran patrimonio. España no ha sido tan importante en música hasta ya el siglo XX. Quizás que sea sacra y litúrgica es lo que pueda alejar un poco más a la gente, pero igual que admiramos una cantata de Bach tenemos que poder hacerlo con un motete de Victoria.
«Es el espacio perfecto, va a ser muy especial. Para mí y por quien venga a escucharlo»
Ana Fernández-Vega
Directora de coro
–¿Valora la sociedad suficientemente esta música?
–No hay muchos festivales donde tenga cabida y más si el grupo es grande porque no llegan los presupuestos. Cada vez hay más festivales muy pequeñitos, con un dúo o un cuarteto. Porque hay que pagar a los músicos. Ahí se cierra mucho el abanico.
–Tras tanto viajar, ¿cómo cambia un coro a nivel cultural entre Segovia y Helsinki?
–Tanto Hungría como Finlandia son países con una tradición coral enorme. Aquí, en España, los que cantan en coros parecen unos frikis; en estos países, lo raro es que no cantes en un coro. Lo de Finlandia es una cosa inimaginable aquí: todas las empresas tienen un coro. Hay un coro de la policía, de los bomberos, el de Nokia. Casi todo el mundo canta y eso hace que conozcan mucho más el repertorio y tengan mucho más interés en ir a conciertos.
–¿Será directora de orquesta?
–Difícil. A lo mejor, dirigiendo coros profesionales. Yo no he hecho carrera como dirección de orquesta; dirijo algunas puntualmente, buenas orquestas de centros de estudios superiores. Si el mundo de la dirección coral es difícil, el de la orquestal ya… Entran en juego muchísimos factores. No es mi campo, mi carrera va muy definida por el otro lado.
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