Elena Rey: «He intentado hacer proyectos en Segovia y es como si pusieran trabas»

Nacida en Plasencia pero afincada desde hace dos años en la provincia de Segovia, la soprano Elena Rey Izquierdo ya ha actuado en los mejores escenarios del panorama nacional, acumulando premios en concursos internacionales. Subraya la dureza de la profesión, con exigentes entrenamientos y una dedicación que deja poco tiempo libre para la vida familiar, y espera poder actuar pronto en Segovia.

–¿Qué la une a Segovia?

–Yo soy nacida en Plasencia pero estoy en Segovia por amor. Mi maestra de canto, con la que yo estudie la carrera, es de aquí. A través de ella conocí al que dentro de dos meses será mi marido y aquí estoy. Y muy feliz.

–¿Cuánto lleva en Segovia? ¿Qué la atrae de esta tierra?

–Llevo dos años y por el momento estoy muy cómoda, con vistas a estar para ser siempre. Es una ciudad muy cómoda, que tiene de todo y no es demasiado grande. El turismo le da mucha vida aunque sin el jaleo que supone Madrid. Además la capital está cerca por lo que es una ciudad muy buena para vivir.

–¿Desde cuándo le gusta el mundo de la ópera?

–Mis padres me apuntaron al conservatorio cuando era pequeña, pero no me empezó a entrar el gusanillo del canto hasta los 14 años. Llevo otros catorce cantando. Estudié el grado profesional en Plasencia y en 2010 me fui a Madrid a estudiar la carrera. Allí me surgieron oportunidades en grandes teatros, gané concursos internacionales importantes y canté en el Teatro de la Zarzuela. En 2012 también lo hice en el Teatro Real.

–¿Cómo fueron esos inicios?

–Al principio tenía dudas. Yo de pequeña quería ser arquitecta y no lo tenía muy claro. Pero la música me gustaba mucho y es algo que acaba enganchando. Empecé con catorce y una vez fui a Madrid ya no tenía ninguna duda.

–¿Es complicado formarse en este tipo de modalidades?

–Mucho. Hay muchísima competencia y es muy difícil. Por desgracia, en este país hay poco apoyo a la cultura por lo que encima es más complicado. Ahora también nos están quitando el Teatro de la Zarzuela que era muy nuestro y pasa a manos privadas… Es muy complicado. Pero yo he tenido la ventaja de haber empezado desde muy joven y eso llama más la atención.

–¿La formación es muy dura?

–Sí, porque requiere mucho tiempo. Hay que ser muy constante y trabajar día a día. Como lo dejes un tiempo te pierdes. Además hay muchas asignaturas, no solo de canto, que exigen mucha dedicación. Además es muy físico, con muchos ensayos.

–¿Es necesario marcharse a una gran ciudad para poder dedicarse al canto?

–En Segovia no es posible, por desgracia. Es verdad que en el conservatorio se puede estudiar canto pero el profesor solo está a media jornada y solo se puede estudiar hasta el grado profesional, que está en Salamanca. La suerte es que Madrid está muy cerca, porque en Segovia puedes estudiar pocos años.

–A pesar de su juventud ya ha conseguido actuar en toda España y gran parte del mundo…

–No me lo esperaba, pero he trabajado mucho para ello. Me he presentado a muchas audiciones y a muchos concursos que requieren una dedicación de muchas horas. Eso te abre muchas puertas. Yo por suerte, o por haber trabajado mucho para ello, he ganado varios premios internacionales que me han abierto puertas.

–¿Es posible ganarse la vida con esta profesión? ¿Cuáles son sus principales desventajas?

–Es posible pero es difícil. Tienes que tener muy claro que te quieres dedicar a esto. Yo por ejemplo además de cantar también doy clases.

–¿Qué entrenamientos o cuidados requiere?

–Mucho entrenamiento físico, por ejemplo los abdominales son lo que mejor nos viene. Cuando sales del escenario acabas como si hubieras hecho una maratón. Trabajamos mucho con el diafragma y nos cansamos bastante. Requiere un entrenamiento técnico vocal importante. Lo de cuidar la voz con un pañuelo en la garganta o no beber cosas frías es un poco un mito, porque eso nos cuidamos de la misma forma que el resto de las personas.

–¿Cuál ha sido la obra o interpretación que más le ha gustado realizar?

–Me gusta todo lo que hago. Cada concierto o cada obra tiene su cosa especial y cada una la disfrutas de una manera. Además he tenido muy buenos compañeros y de todos aprendes.

–¿Cuáles son sus referentes?

–A mí una soprano que me gusta mucho es Ana Netrebko. Si hay algo que no me da tiempo a estudiar la escucho a ella. Me parece que tiene una técnica muy buena. Pero en este mundo a cada uno le gusta uno diferente. Va en función de las técnicas.

–¿Cuáles son sus objetivos a corto o medio plazo?

–Acabo de hacer un concierto en la Plaza Mayor de Valladolid. Cantar allí es especial porque hay mucha cultura musical y de Zarzuela. Eso es algo que echo de menos en Segovia. Sería bonito tener la oportunidad de cantar aquí. Tengo en la mente un concurso de Plácido Domingo en Lisboa, conciertos en otoño, en mayo de 2019…

–¿Y a largo plazo?

–Yo no quiero dejar de cantar nunca, pero si surgiera la oportunidad de dedicarme a esto al cien por cien me lo tendría que plantear, siempre contando con la familia que uno se crea. De momento quiero cantar como ahora. En España me gusta trabajar, aunque es difícil.

–¿Hay afición por la opera y la zarzuela en España? ¿Y en Segovia?

–En España sí la hay, y cuanto más al norte, mucho más. Yo no sé si es por el tema económico. La gente dice que no pero es porque no están metidas en el mundo. En Segovia creo que ahora van a hacer una zarzuela, pero hacia mucho tiempo desde la última. He intentado hacer proyectos aquí y es como si pusieran trabas. No sé a que se puede deber. Actué una vez en San Juan de los Caballeros y fue precioso.

–¿El de la ópera es un público muy selecto?

–Yo creo que esa sensación la crean los políticos. Si vas al Teatro de la Zarzuela igual la entrada más cara cuesta 34 euros. Pero los políticos hacen que sea muy elitista. Si hay dinero y se pagan a los cantantes no tienes motivos para poner una entrada cara. El problema es que se dedica muy poco dinero a este tipo de género.