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Cuando el técnico de la Gimnástica Segoviana dijo en la previa de la visita al Stadium Gal de Irún que esperaba un partido épico, por la piscina en la que se jugaría y por la dureza de la batalla, difícilmente tenía en mente que lo ... épico superase la barrera de lo posible. Que perdiera por tarjeta roja a dos jugadores antes del minuto diez y que tuviera la derrota en el pasaporte antes de la media hora. Su equipo dio la cara y dejó en 5-0 lo que por momentos amenazaba con ser mucho peor. Pocas lecturas más se pueden sacar de la tercera derrota seguida de un equipo que no conjuga otro verbo en 2025.
Real Unión
Wright, Eimil, Olaortua, Domínguez, Quintana, Iker Bilbao, Vidorreta, Munroe, San Bartolomé, Cayarga y Sergio Benito.
5
-
0
Segoviana
Carmona, Silva, Abel Pascual, David López, Rubén, De la Mata, Manu, Berlanga, Hugo Díaz, Tellechea y Diego Gómez.
Cambios Real Unión: José Carlos Márquez por Olaortua (m.46), Aitor Aranzabe por Finley Munroe (m.46), Obi por Berto Cayarga (m.69), Quique Rivero por Iker Bilbao (m.69) y Dani Garrido por San Bartolomé (m.69).
Cambios Segoviana: Rodrigo Ibañes por Berlanga (m.46), Hugo Marcos por Hugo Díaz (m.46), Changyi Li por Carmona (m.55) y Astray por De la Mata (m.62).
Goles: 1-0: Sergio Benito, de penalti (m.12); 2-0: San Bartolomé (m.20);3-0: Eimil (m.26); 4-0: San Bartolomé (m.61) y 5-0: Dani Garrido (m.74).
Árbitro: David López Jiménez (comité catalán). Sacó la roja directa a Silva y Abel por la Sego; amonestó con amarilla a Munroe por los locales; a Manu, De la Mata, Gómez, Marcos y Ramsés por los visitantes.
Otros datos: Stadium Gal (Irún).
No dio tiempo a calibrar cuánto frenaba el agua el balón cuando el guion inicial saltó por los aires. Ramsés avisaba que estos partidos se juegan, sin tonterías, sin esperar milagros rasos. Es decir, a errores. El primero fue de los suyos y no tuvo vuelta de hoja. El Real Unión probó a la zaga con un balón aéreo frontal, más para quitárselo de encima que otra cosa. Pero no llegaron a tiempo los centrales y el bote lo aprovechó Sergio Bonito, un tipo listo como pocos, para dejar atrás a Abel. El palentino no se lo pensó y le agarró para evitar males mayores. David López llegó al corte en pleno agarrón y alucinó cuando vio al árbitro con la roja. Esa cobertura más o menos a tiempo y que la pelota no deslizaba precisamente sobre el césped atenúan la ocasión clara de gol. No lo vio así el juez. Apenas habían pasado cuatro minutos cuando la Sego no solo perdía a un central, sino a un líder.
El Real Unión tenía prisa por trasladar esa mano favorable al marcador. Sergio Benito daba a Javi Domínguez un pase de la muerte, pero el central, solo en el punto de penalti, se encontró con una parada acrobática de Carmona, que tuvo que atajar después otro tiro lejano. Entre medias, Silva sofocaba un despeje hacia atrás de De la Mata. Aguantó un poco más la Sego el 0-0. Salió, sacó una falta frontal y probó suerte con un tiro raso de Rubén que atajó Wright.
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Hasta aquí el partido. La pérdida de Abel hizo que la zaga se comprimiera y dejase un boquete en el costado izquierdo de difícil remedio. Allí llegó Cayarga para dar otro pase de la muerte para Víctor Eimil, que improvisó un remate a contrapié y el balón llegó llorando en la cepa del poste. Munroe cazó el rechace para embocar el 1-0, pero Silva se lo impidió, cortando el gol seguro con el brazo extendido. Nada que discutir, aunque se marchara con una sonrisa irónica. Sergio Benito embocó el penalti junto al palo derecho mientras Carmona se quedaba en el centro.
Semejante desigualdad numérica mandó una semana de entrenamiento al garete. Ya dio igual que Diego Gómez fuera titular por Davo (suplente por segunda jornada seguida), el pichichi azulgrana que quiere aprovechar su estatus para firmar un contrato mejor en otro sitio. O que Ramsés paliara la baja de Fer Llorente por ciclo de amarillas con De la Mata y Manu en el eje. Ya era supervivencia, un dibujo de 4-3-1, con Tellechea y Berlanga retrasando posiciones hacia el medio y los dos pivotes segovianos ayudando a lo que quedaba de la defensa. Una improvisación que el Real Unión seguía probando con balonazos. San Bartolomé se adelantó a Carmona en uno de ellos, pero el control fue imposible y De la Mata retrasó unos minutos el 2-0. Lo firmaría el mismo atacante frustrado, cabeceando a placer una falta desde la izquierda de Munroe. No les salían las cuentas a los segovianos, pues Hugo Díaz y David López ya tenían un defensor por barba.
El ambiente se tensó, máxime cuando el colegiado indultó a San Bartolomé, que se llevó por delante a Hugo Díaz. Pero la tarjeta la vio Ramsés por protestar, como De la Mata cuando Víctor Eimil marcó el tercero al recoger un pase de Cayarga en aparente fuera de juego. El diluvio era tal que cabía contemplar la suspensión; lo que le faltaba a la Sego, volver de nuevo a la frontera con Francia para terminar un partido perdido. Carmona se marchó al descanso sin más sellos, echando un trago al botellín, por si no había tragado suficiente agua.
Los cambios eran un paliativo necesario para un partido con una factura física tremenda, no solamente porque los nueve que quedaban tenían un desgaste extra, sino por la carga de un césped embarrado. Ramsés aprovechó para matar dos pájaros de un tiro: dar a Li minutos y evitar una goleada histórica a un portero que ya ha demostrado galones gimnásticos. Pudo hasta llegar el milagro de un gol visitante en una falta lateral servida por Tellechea desde la derecha que Rubén remató casi sin querer con el muslo. Wright justificó su jornada laboral atajando en dos tiempos.
El problema de medirse a un rival por debajo de sus expectativas, pues partía penúltimo, es que tiene que demostrar. Y los suplentes también querían. Li, que entró a los diez minutos del segundo tiempo, no tardó en intervenir. Poco después, llegó un centro tenso de Aitor desde la izquierda que dividió el área; fueron a por él Manu y Li, pero el balón pasó de largo y llegó a San Bartolomé, que embocó el cuarto y volteó del todo el average tras caer 3-0 en octubre en La Albuera. Pudo hacer más para evitar el quinto, originado desde el mismo sitio, un centro pasado de Aitor que Dani Garrido recogió sin demasiado ángulo para superar al chino por su palo.
Dio tiempo a que Gómez lamentara no colar con la testa en área chica un córner de Astray. Y a que Hugo Marcos viera una amarilla fronteriza por un corte contundente con las dos piernas. Con buen criterio, el colegiado no añadió nada. Total, ya había sobrado la última hora.
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