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Desvío en la conexión de la SG-20 y la AP-61. Antonio Tanarro
La conexión entre la SG-20 y la AP-61 se abrirá en enero

La conexión entre la SG-20 y la AP-61 se abrirá en enero

Fomento ha autorizado el modificado para trasladar los residuos del vertedero de Roduelos

El Norte

Segovia

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Miércoles, 19 de diciembre 2018, 07:33

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El Ministerio de Fomento ha autorizado el modificado del proyecto para reanudar la obra de la carretera SG-20 en el tramo del vertedero de Roduelos, en Segovia, donde estaban paralizados los trabajos para el desdoblamiento de la variante por la acumulación de unos 17.000 metros cúbicos de residuos. La subdelega del Gobierno, Lirio Martín, comunicó ayer a los portavoces de los grupos en el Ayuntamiento que Fomento y la empresa adjudicataria han acordado el traslado de los residuos a un centro de tratamiento especializado. Asimismo, han decidido dar prioridad a los accesos de conexión de la variante con la N-110 y la CL-601.

Martín expresó su satisfacción por la «rápida gestión» que ha llevado a cabo el Ministerio para dar una pronta solución a un problema que se estaba produciendo desde 2016. También anunció que se prevé la total apertura de la conexión de la SG-20 con la AP-61 a finales del próximo mes de enero, siempreque las condiciones meteorológicas permitan el normal desarrollo de las obras.

El nivel de ejecución del tramo A, correspondiente a la adjudicataria Dragados, se situaba a finales de noviembre en el 43,4% y del tramo B, del que se encarga Azvi, en el 69,2%.

Situado entre los márgenes del arroyo con el mismo nombre y la zona comprendida entre la carretera de Palazuelos de Eresma y la cañada del Martinete, el vertedero de Roduelos se ubicaba sobre una superficie de 100.000 metros cuadrados gracias a un acuerdo entre el Ayuntamiento y los propietarios de la parcela, que permitían arrojar allí todo tipo de deshechos a cambio de que el terreno quedase nivelado. Así funcionó el acuerdo hasta que a finales de los setenta, y debido a la inestabilidad del terreno y al cada vez mayor número de residuos allí acumulados, se produjo un derrumbe de escombros sobre el cauce del arroyo Roduelos. Como consecuencia del desprendimiento se formó una pequeña presa. El agua comenzó a acumularse hasta el punto de inundar la carretera de Palazuelos, que llegó incluso a ser cortada, siendo necesaria la intervención de los bomberos para, mediante una voladura, restablecer el cauce normal del agua por el arroyo.

El incidente, muy sonado en Segovia, supuso el cese de actividad del vertedero y los residuos que durante décadas iban a parar al oeste de la ciudad encontraron nueva ubicación en el vertedero del Peñigoso, en Zamarramala. Pero la clausura del basurero de Roduelos no trajo consigo su sellado. Pasaron años, con los residuos al aire libre, hasta que se acometieron las primeras intervenciones, que consistieron en tapar parte de los taludes con escombros y restos de excavaciones. Ya en la década de los noventa, y ante el inminente inicio de las obras de la circunvalación, el vertedero de Roduelos fue el centro de no pocos debates en Segovia y en la región pidiendo su sellado definitivo. Sobre todo, cuando el río Eresma –del que es afluente el Roduelos– presentaba a su paso por el barrio de San Lorenzo y la Alameda del Parral un tono verdoso como consecuencia de los lixiviados que del viejo vertedero caían sobre la ribera izquierda del Eresma y que procedían de los productos tirados en el vertedero por la antigua fábrica de Gurruchaga.

Con el inicio de los trabajos en la SG-20 se llevo a cabo el vaciado y sellado del tramo por el que discurren los viales de la circunvalación, una actuación que, según Enrique Camiruaga, propietario de Hípica Eresma (cuyas instalaciones se encuentran sobre el antiguo vertedero), fueron insuficientes al abarcar un 10% del volumen del basurero.

Incidencia en la capital

La reunión con la subdelegada del Gobierno se produce a instancias del Ayuntamiento, ya que las obras de la SG-20 están teniendo una importante repercusión en la capital. El tráfico ha aumentado más del 20% y colapsa varias vías. Los aforos medidos desde el pasado 30 de octubre muestran en Vía Roma una entrada media de 7.900 vehículos al día, y una salida de 5.900, con un descenso significativo los fines de semana. Pero es la calle de San Gabriel la que ha llegado a la saturación: entre semana, el registro arroja una cifra de alrededor de 11.700 vehículos diarios en sentido ascendente y otros tantos de bajada, una densidad de circulación elevada para este tipo de calle.

La consecuencia inmediata son las retenciones en Vía Roma y, sobre todo, en San Gabriel en ambas direcciones, y en los picos horarios que coinciden con las entradas y salidas de los colegios, en los centros de trabajo y en los comercios. La Policía Local ha comprobado que estas puntas de intensidad del tráfico se producen entre las 7:45 y las 9:00 horas, con un descenso luego hasta las 10:00, cuando vuelve a aumentar un poco, y desde las 13:45 hasta las 15:15 horas. Por la tarde la mayor densidad de la circulación se da entre las 19:00 y las 20:30, hasta las 21:00.

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