El concurso de tapas de Cuéllar se abre a propuestas vegetarianas y sin gluten

Así lo anunció la concejala de Desarrollo Local, Lucía Arranz, durante la presentación del certamen, un acto en el que estuvo acompañada del presidente del Centro de Iniciativas Turísticas, Ángel Carlos Hernando, y de uno de los hosteleros participantes, que también ha realizado labores de coordinación y organización, Alberto Bayón, a quien se le agradeció su trabajo.

Arranz recordó que el año pasado se celebró una reunión previa con los hosteleros del municipio, en la que se fijó un nuevo precio para cada tapa, de 2,5 euros, que este año se mantiene, y que para organizar esta edición se ha preguntado por la fecha de celebración, manifestando de manera unánime que se buscaban unos días que se repitieran con los años, especialmente el primer fin de semana de noviembre, que además este año coincide con un puente, al ser el viernes día 1 festivo, una fecha «idónea», según la concejala, al coincidir con un fin de semana largo. Así, del 1 al 3 de noviembre, quienes se acerquen a Cuéllar podrán disfrutar de distintas propuestas de la cocina en miniatura, como el 'Crunchy de sabores' del Bar Yon-Ba; la 'Brochetura de lomo de cerdo caramelizada', del bar El Pícaro (opción sin gluten); la 'Charlota de otoño', del restaurante San Francisco (opción vegetariana); o la 'Pechuga de Gaviota', propuesta del bar La Gaviota. Otras de las opciones son el 'Pincho de Morcilla', de El Rincón Castellano; el 'Nido de huevos de dragón', de Malabar; la 'Tosta de Galia', del bar Naipe; el 'Antojo en fajita', de Temple Bar; el 'Tataki de Atún', del bar La Torre; y la 'Ropa vieja' de La Estación.

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Todos ellos optan a ser la mejor tapa de este año, lo que determinará un jurado anónimo que estará formado por dos personas que a lo largo de todo el fin de semana recorrerán, sin previo aviso, los distintos establecimientos. Una de ellas está ligada a la hostelería y otra a la cocina, según anunció Arranz, que destacó que su fallo se basará en tres criterios principales: la presentación de la tapa, los valores culinarios, como el gusto, el olfato y la textura; y la creatividad de la tapa. «Como concejala y ciudadana soy ambiciosa, y creo que Cuéllar podría tener un certamen de tapas con más participación y a la altura de un municipio tan grande como es», dijo Lucía Arranz.